El panorama en Barú es desolador. Las lluvias incesantes que han azotado la región durante las últimas dos semanas han dejado a su paso más de 500 hectáreas de plátanos devastadas, afectando a más de 1,000 productores. Ante esta situación, los agricultores hacen un llamado urgente al Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y a la Presidencia de la República para abordar la crisis.
Los productores advierten que el impacto no solo se sentirá ahora, sino que la verdadera catástrofe llegará en la temporada seca, cuando la producción sea inexistente y cientos de familias no tengan cómo subsistir.
“Esto no es solo un golpe económico, es una amenaza directa al sustento de nuestras comunidades,” expresó uno de los agricultores.
La situación en Barú es solo una parte del problema, ya que las lluvias han afectado también a Chiriquí, Veraguas, la comarca Ngäbe Buglé, Herrera y Los Santos. Agricultores de diversas áreas reportan pérdidas significativas debido a la saturación de agua en los suelos, lo que amenaza cultivos clave como el plátano y la leche.
El Gobierno Nacional, consciente de la gravedad, declaró el pasado 14 de noviembre un estado de emergencia nacional en respuesta a los efectos de la tormenta tropical “Sara”. Este decreto autoriza contrataciones especiales por hasta $100 millones para atender las urgencias.
Los productores esperan que estas medidas no se queden en promesas y que la ayuda llegue a tiempo para evitar un desastre mayor.