A pesar de que varios sectores económicos han comenzado a recuperarse, los precios de los productos lácteos en Panamá siguen siendo afectados por los remanentes de la pandemia de COVID-19 y la persistencia de productos importados en el mercado, lo que ha mantenido altos los costos para los consumidores.
Euclides Díaz, director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), señaló que aunque la pandemia “acaba de pasar”, sus efectos todavía se sienten en el sector lácteo. Según Díaz, factores como los costos de transporte, seguros y el agotamiento de productos en centros lácteos clave como Estados Unidos, Nueva Zelanda y Europa, han contribuido al encarecimiento de la oferta nacional, que incluye tanto productos locales como importados.
Este aumento de precios ha tenido un impacto negativo en el consumo de leche en Panamá, que ha descendido de 110 litros per cápita a entre 90 y 95 litros per cápita, según Díaz. Además, el fenómeno climático de El Niño también ha afectado la producción nacional, exacerbando la situación.
Natzaré Bermúdez, representante de la Asociación Nacional de Procesadores de Leche, añadió que uno de los productos más afectados ha sido el queso nacional, cuya producción ha disminuido debido a la sustitución por productos importados. En el país, existen más de 60 productoras de quesos que han visto una reducción en su producción como resultado de estos cambios en el mercado.