La alcaldesa de Arraiján, Stefany Peñalba, ha completado sus primeros 100 días en el cargo, un periodo marcado por conflictos, acusaciones y protestas que han puesto a prueba su gestión. Desde el comienzo de su administración, Peñalba ha tenido que enfrentar reclamos por supuestos actos de corrupción y decisiones polémicas que han generado descontento entre la comunidad y los exfuncionarios.
A tan solo dos semanas de asumir su puesto, Peñalba anunció la destitución de 150 colaboradores, argumentando que estos no tenían funciones claras. Según sus declaraciones, algunos acudían a las juntas comunales en ropa inadecuada, como pantalones cortos y chancletas, sin cumplir con tareas específicas. Esto desató un enfrentamiento con los exfuncionarios, quienes exigieron el pago de sus prestaciones y acusaron a la alcaldesa de haberlos llamado “botellas” de manera injusta.
El conflicto escaló al punto de convertir las sesiones del Concejo Municipal en un campo de batalla, donde las tensiones aumentaron entre los exfuncionarios, respaldados por la representante de Vista Alegre, Luz Denia Oliver, y la alcaldesa. En una sesión celebrada el 18 de julio, Oliver y Peñalba protagonizaron un intercambio de palabras que terminó en una protesta pública.
El 3 de septiembre, la situación volvió a intensificarse cuando se denunció la agresión al vicealcalde Oliver Ríos, a quien, según Peñalba, atacaron miembros de las juntas comunales para desestabilizar su administración. En su cuenta de la red social X, Peñalba condenó estos hechos y reiteró su compromiso con el diálogo para resolver los conflictos.
Sin embargo, las críticas hacia su gestión no se limitaron a estos conflictos laborales. En redes sociales, surgieron denuncias que afirmaban que Peñalba cobraba doble salario, uno como alcaldesa y otro como asesora legal en la Asamblea Nacional. A través de un comunicado en X, la alcaldesa desmintió estas acusaciones, aclarando que había solicitado una licencia sin sueldo antes de asumir el cargo en Arraiján. No obstante, las críticas persistieron, y Peñalba enfrenta denuncias formales por presunta corrupción y abuso de autoridad.
Además, la alcaldesa ha sido criticada por el aumento en los gastos de representación de los ediles, aprobado un mes después de asumir el cargo. La publicación de este aumento en la Gaceta Oficial desató más protestas, aunque Peñalba defendió la medida indicando que las arcas municipales solo cubrirán esos gastos cuando sean autorizados por el Ministerio de Economía y Finanzas o la Contraloría General.
Entre otras polémicas, la gestión de Peñalba ha enfrentado la crisis de agua potable en el distrito, agravada por la contaminación de las tuberías en la barriada 7 de Septiembre, lo que dejó sin suministro a cientos de residentes durante más de 22 días. Ante esta situación, la alcaldesa activó un plan de contingencia, repartiendo botellas de agua y utilizando sus redes sociales para informar sobre las medidas adoptadas.
Como parte de las soluciones a largo plazo, Peñalba ha implementado la plataforma ‘ADN Ciudadano’, un canal digital que permite a los ciudadanos reportar problemas comunitarios y situaciones de riesgo. Este sistema busca mejorar la comunicación entre la alcaldía y los habitantes de Arraiján, facilitando la resolución de problemas como el control de vegetación, alumbrado público, y el estado de las vías.
A pesar de las controversias, Peñalba sigue defendiendo su administración y abogando por el diálogo como herramienta para resolver los conflictos. Con tres meses al frente, su gestión continúa en la mira de la ciudadanía y los medios, mientras enfrenta el desafío de cumplir con sus promesas de campaña y restaurar la confianza en el municipio de Arraiján.