En Tierras Altas, Chiriquí, los agricultores enfrentan un nuevo desafío. Aunque las lluvias de los últimos días no han igualado el impacto devastador del huracán ETA en 2020, las cosechas comienzan a sentir la presión. Lorenzo Jiménez, reconocido productor de la región, ha alertado sobre los efectos negativos en hortalizas clave como la lechuga, el apio, el brócoli y el repollo, aunque por ahora no hay señales de desabastecimiento.
Papa y lechuga, las más vulnerables
Según Jiménez, los daños más visibles se presentan en productos altamente perecederos como la papa y la lechuga. “El exceso de agua y la poca luz afectan el proceso de fotosíntesis, dejando a estos cultivos más expuestos”, señaló. A pesar de ello, el productor mantiene la esperanza: “Si las lluvias cesaran ahora, muchos productos podrían recuperarse”.
📣Aviso de Vigilancia por lluvias con tormentas eléctricas en Chiriquí, Veraguas, Bocas del Toro y Comarca Ngäbe Buglé, sectores montañosos de Herrera y Los Santos. Hasta las 11:59 p.m. del 14 de noviembre de 2024. Pronóstico de los meteorólogos del E. Velásquez y R. Morán. ⛈️ pic.twitter.com/TPutY3DJ7P
— IMHPA (@imhpapma) November 12, 2024
Impacto más allá de la cosecha
El problema no solo afecta al sector agrícola. Varias familias de Tierras Altas han tenido que abandonar sus hogares y refugiarse en albergues debido a las inundaciones. Aunque la producción en general no ha llegado a niveles alarmantes, la falta de suministro eléctrico complica aún más la situación para los agricultores locales.
Con la incertidumbre climática aún sobre la mesa, los productores de Chiriquí observan el cielo con preocupación, conscientes de que cada día de lluvia puede ser decisivo para sus cosechas.