Con pancartas, banderas y la entonación del tema Viva Panamá, decenas de ciudadanos se congregaron la tarde de este domingo en la Cinta Costera, específicamente en el área del icónico letrero de Panamá, para participar en la vigilia denominada “Por nuestra agua”, una manifestación en firme rechazo a la actividad minera en el país.
La protesta surge luego del anuncio del presidente José Raúl Mulino sobre el inicio de discusiones internas esta semana respecto a la situación de la mina de cobre en Donoso, Colón, lo que encendió las alarmas entre organizaciones sociales, ambientales y gremiales.
Un elemento que marcó la jornada fue la creatividad de los manifestantes, quienes respondieron al reciente comentario del mandatario —quien calificó a los opositores de la minería como “cinco gatos”— portando imágenes de felinos como símbolo de resistencia. “Cada vez somos más gatos fiscalizando su actuar”, rezaba una de las pancartas. Otra dejaba clara la postura de los asistentes: “Lo que Panamá necesita extraer es la corrupción”.
La actividad fue impulsada por movimientos como Sal de las Redes, Panamá sin Minería, Vigilia Nueva Soberanía, Ya es Ya, así como el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) y Adopta Bosque Panamá. También participaron miembros de gremios magisteriales como la Asociación de Profesores de Panamá (Asoprof) y la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), todos en defensa del agua, la soberanía ambiental y el fallo de la Corte Suprema.
Cabe recordar que el 28 de noviembre de 2023, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato Ley No. 406, que otorgaba la concesión a Minera Panamá, S.A., filial de First Quantum Minerals, para la explotación de Cobre Panamá, en Donoso. Sin embargo, el reciente acercamiento entre el Gobierno y la empresa ha reavivado los temores de una posible reactivación minera.
Por su parte, Cobre Panamá informó que ha instruido a sus abogados a reunirse con el equipo jurídico del Gobierno panameño y suspender los procesos legales relacionados con la clausura de la mina, abriendo la puerta a nuevas negociaciones.
Mientras el Gobierno se sienta a negociar, en la calle los “gatos” se siguen multiplicando.