En una emotiva jornada de reflexión, la ministra de la Mujer, Niurka Palacio, junto a la viceministra Lilibeth Cárdenas y la secretaria general Mirthia Borissof, encabezaron una eucaristía en honor al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La misa, celebrada en la solemnidad de Cristo Rey y enmarcada en el Encuentro Juvenil Arquidiocesano, reunió a fieles y autoridades con un propósito claro: alzar la voz contra un flagelo que sigue golpeando a la sociedad.
Durante la homilía, el arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, no escatimó en palabras contundentes. “Es tiempo de poner fin a la violencia contra la mujer. No podemos normalizar ni callar ante este mal que destruye vidas y familias”, expresó con fervor. Monseñor Ulloa destacó la importancia de proteger tanto a jóvenes como a mujeres, instando a la acción colectiva y a la creación de una cultura de respeto.
Por su parte, la ministra Palacio llamó a los jóvenes a ser los protagonistas de un cambio necesario. “Debemos ser esa generación que transforma y erradica la violencia contra la mujer. Ustedes tienen en sus manos el poder de cambiar el rumbo”, afirmó. Su mensaje resonó entre los asistentes, quienes coincidieron en la urgencia de construir una sociedad más justa y libre de violencia.
La conmemoración no solo buscó sensibilizar a la población sobre el impacto de este problema, sino también reforzar el compromiso de las autoridades y la comunidad en la lucha por un Panamá donde las mujeres puedan vivir sin temor.