Panamá, Costa Rica y Colombia esperan contar con la cooperación de la Organización Internacional de la Migración (OIM), para el manejo de la crisis que supone el paso por sus territorios de miles de migrantes en tránsito hacia Norteamérica.
Así lo afirmó la directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá (SNM), Samira Gozaine, en un mensaje publicado en la cuenta de Twitter de esta entidad en el que habló de una reunión sostenida este viernes con sus homólogos de Costa Rica y Colombia sobre el creciente flujo de migrantes.
Gozaine indicó que Panamá, que en lo que va de este año ha recibido cerca de 55.000 migrantes, tiene un recurso limitado para hacer frente a esta problemática migratoria, y “ha gastado ya en lo que va de este año 20 millones de dólares para atender esta crisis”.
En ese sentido, Gozaine señaló que en la reunión del viernes en San José, Costa Rica, con la directora de Migración de este país, Raquel Vargas, y el director de Migración de Colombia, Juan Francisco Espinosa, se acordó hablar con los organismos internacionales sobre la “necesidad de su cooperación y de su apoyo para el manejo de esta crisis”.
Específicamente, dijo Gozaine, en la reunión se discutió sobre la posibilidad de incluir a la Organización Internacional de Migración (OIM) “en nuestras mesas de trabajo y convenir con ellos de qué forma los organismos internacionales pueden ayudarnos”.
“Nosotros, nuestros países, no tienen el recurso necesario para enfrentar esta tragedia de dimensiones que todavía no sabemos” qué proporciones alcanzará.
Gozaine añadió que en la reunión se llegó a “acuerdos mutuos para poder salir adelante en esta crisis y ayudarnos en una situación que ni Colombia, Costa Rica, ni Panamá son países destino, sino más bien somos países de tránsito”.
“Hemos acordado que tiene que haber una corresponsabilidad de todos los países de la región, un respeto a los derechos humanos de todos los migrantes que transitan por nuestras áreas, y sobre todo una lucha vertical contra el crimen organizado, contra el tráfico y trata de personas”, detalló la jefa de Migración panameña.
Adelantó que la próxima semana tendrá lugar un encuentro de los directores de Migración del área, en una fecha que será determinada por las respectivas cancillerías, para “coordinar regionalmente cómo vamos a enfrentar este problema y cómo vamos a ayudar a resolverlo”.
Panamá y Colombia, en el marco de una reunión ministerial celebrada en la capital panameña, anunciaron este miércoles que establecieron una cuota diaria de 650 migrantes hasta finales de este mes y otra de 500 diarios a partir de septiembre, para cruzar por la peligrosa frontera del Darién.
“Mientras tengamos la crisis de los 15.000 hacinados en Necoclí (Colombia), vamos a recibir hasta finales de este mes 650 personas por día”, dijo Gozaine.
Gozaine precisó que a partir del 1 de septiembre la cuota diaria se reducirá hasta 500 migrantes por día “de martes a sábado”.
En 2016, la aglomeración de miles de cubanos en la frontera entre Panamá y Costa Rica generó una crisis humanitaria y llevó a los dos países a establecer un plan de flujo controlado, que del lado panameño incluye atención sanitaria, alimenticia y registros biométricos.
El tapón del Darién, utilizado cada año por miles de migrantes procedentes de todo el mundo, en su mayoría haitianos, en su tránsito hacia Norteamérica, es considerada de una las rutas más peligrosas del mundo, tanto por sus características naturales como por la presencia de grupos criminales. EFE