En las guerras la primera víctima es la verdad. Esto es algo que se repite mucho por estos días en el contexto del conflicto armado en Europa del este. Expresión que bien puede aplicarse a la situación que vive nuestro país para erradicar la impunidad y la corrupción vinculada a esta.
El reciente fallo del Tribunal Electoral sobre el fuero penal, que generó una lluvia de críticas y las consecuentes acciones judiciales, ya enfrenta a sectores de la sociedad panameña. Unos pidiendo corregir el entuerto, y otros acusando de manipulación de la justicia. En medio de esto, hay quienes se valen de engaños y manipulación de la información para defender lo que, sin lugar a dudas, es un único interés de evadir la justicia. Y hasta hay amenazas de tomarse las calles para defender lo indefendible.
Sin repartir sentencias condenatorias ni absolutorias, procesos como los de Odebretch y New Business, entre otros, merecen ser resueltos y para ello hay que garantizar que los investigados sean sentados en el banquillo. Por otro lado, debe haber certeza de que los resultados de la justicia no sean manipulados con maletinazos, extorsiones o amenazas.