El sereno que cayó la madrugada del jueves 4 de septiembre de 1958 humedeció un rancho de pencas en la comunidad de Las Flores, corregimiento de Los LLanos, en Ocú, provincia de Herrera. Frío que también inquietaba a la señora Florinda Guevara, con la venida de su segundo hijo.
Ruperta Pimentel, partera, trataba de calmar los dolores que cada vez eran más intensos, para la joven madre de 18 años de edad. Entre el cansancio y el dolor, en uno de los empujones Florinda dio a luz.
Estando fuera el bebé, la partera con un cuchillo le cortó el cordón umbilical al recién nacido, que sin saberlo se convertiría en el “Niño Millón” de Panamá.
Se trató de Cándido Aizprúa Guevara, y con su nacimiento, el país logró llegar al millón de personas. Todo esto se lo contaron sus padres.
Al ser el “Niño Millón” sería afortunado y con suerte, ya que para los padres de Cándido, Pablo Aizprúa y Florinda Guevara, los ofrecimientos por parte del Gobierno del presidente de ese entonces Ernesto de la Guardia Navarro eran muchos.
Cándido recibiría por parte del Estado, los gastos escolares desde preescolar hasta la universidad, también le prometieron de manera gratuita un globo de terreno de 45 hectáreas para trabajos agrícolas y la construcción de una nueva vivienda, así como está establecido en la ley 51 del 9 de diciembre de 1958 y publicado en la Gaceta Oficial 13,724 del martes 30 de diciembre de 1958.
Cándido hoy tiene 63 años. Es jubilado, trabajó en la Policía Nacional por 25 años y se retiró en el año de 1996 con el rango sargento segundo, y hasta el sol de hoy no ha recibido nada de lo que le prometieron.
Él nos abrió la puerta de su casa en Ocú y nos contó cómo sus progenitores se enteraron de que el sería “Niño Millón” y de todo lo que ha hecho durante estas seis décadas, para que cumplan con lo prometido.
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Historia
Según lo que sus padres le contaron meses después de haber nacido trabajadores de la Dirección de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República llegaron hasta la residencia de Florinda y Pablo para darle la noticia que su hijo Cándido, se había convertido en el “Niño Millón”.
En celebración, Cándido fue bautizado el 18 de octubre de 1958, y sus padrinos fueron Carlos Quintero, quien en ese entonces era el jefe del Departamento de Censos, y Margarita Espino.
Ese mismo día, con la participación de todo el pueblo y un grupo de periodistas y fotógrafos, el sacerdote de la parroquía de Ocú casó a sus padres y luego hubo una gran fiesta, contó Aizprúa.
De ser una familia que nadie conocía pasaron a ser en los próximos años el centro de la atención del país.
Presidente los recibió
Días después Cándido salió en una caravana hasta la ciudad capital, ya que el presidente Ernesto De la Guardia lo iba a recibir en el Palacio de las Garzas.
Según lo que le contaron sus padres en cada provincia había un centenar de personas que con aplausos, globos y gritos lo veían pasar. Al llegar a la ciudad capital fueron hospedados en el Hotel Ideal y días después el presidente De la Guardia los recibió y hasta lo cargó y posó para las cámaras fotográficas (Ver foto).
Se fueron olvidando
Al regresar a Ocú, al señor Pablo Aizprúa le dieron un trabajo en el Ministerio Desarrollo Agropecuario (Mida) donde no ganaba mucho y allí se jubiló.
Le construyeron una casa, pero no como le habían prometido, sino una hecha de con techo de felpa de color negra y de tierra, expresó Cándido.
El Gobierno le celebró su cumpleaños hasta los 7 años, y luego lo dejaron de hacer. Después de eso, se decidió realizar el Festival Nacional del Manito Ocueño, dijo el Cándido.
“Niño Millón, como aún así lo conocen, dijo que por la falta de educación de sus padres, las personas se aprovecharon de ellos y que muchos de los regalos nunca llegaron, sino que se quedaron en otras casas.
No fue hasta sexto grado que le dieron una beca, que consiguió gracias a la lucha de sus padres.
Con 12 años de edad ingresó a la Policía Nacional, gracias al coronel Flores y tenía que trabajar todos los fines de semana donde le pagaban 80 dólares y de Lunes a viernes asistía a la escuela, recordó que esa es la única ayuda que ha recibido del Estado panameño.
A los 16 años se salió del colegio y se metió de lleno a la institución de seguridad, donde se logró jubilarse a los 38 años de edad.
Ya siendo mayor de edad el exalcalde Tobías Cedeño le dijo que se apersonara a su oficina y estando allá la máxima autoridad del pueblo le hace entrega de la copia de la Gaceta Oficial y ahí él se entera de todo lo que el Gobierno le prometió a sus papás. Y desde allí comenzó la lucha de Cándido con todos los gobernantes.
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Terreno que no disfrutó
En el año 2005, luego de muchos años, el presidente Martín Torrijos le dio un terreno de 45 hectáreas, pero Cándido al llegar al lugar se percató que la finca no tenía entrada y estaba en medio de 7 fincas de otros dueños.
A pesar de todo, Cándido pidió un préstamo y comenzó a comprar ganado, pero la situación económica empeoró por lo que tuvo que venderlo y los intereses subieron a tal punto, que el banco secuestró las tierras, a pesar que en la ley °51, señalaba que no podían ser enajenadas..
El “Niño Millón” ha enviado cientos de cartas a todos los presidentes en busca de una respuesta y no la ha tenido.
La última que envió fue el pasado 13 de agosto del presente año al presidente Laurentino Cortizo. Cándido aún no pierde la fe, para que le cumplan con todo lo prometido.