En el tema recolección, tratamiento y disposición final de la basura en nuestro país ha imperado la falta de visión a largo plazo.
Todas las administraciones, sin excepción, han visto el tema como lo indica su término, sin examinar los elementos inherentes, como salubridad, cuidado ambiental, conciencia ciudadana y rendimiento económico.
La reciente crisis de la recolección de la basura en la ciudad capital ha vuelto a traer el tema a colación con la consecuente promesa institucional de aplicar cambios que de una vez por todas mejorarán el tratamiento.
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Pero la realidad es que cualquier solución que se prometa al calor de la crisis solo servirá como un paliativo por lo complejo que es el asunto.
Además de recursos económicos, el tratamiento de la basura requiere de un plan integral que debe ser promovido y desarrollado como política de Estado. Y en un país donde la administración que entra desecha todo lo que hizo la pasada, sin importar si era bueno o no, difícilmente el manejo de los desechos se hará como en un país de primer mundo.