En un discurso lleno de fervor y determinación, José Raúl Mulino anunció su victoria como el nuevo presidente de Panamá, proclamando un gobierno de unidad nacional y conciliación.
“¡Ganamos, carajo!”, fueron las primeras palabras de Mulino al dirigirse a sus seguidores y al país, marcando el inicio de una nueva era en la política panameña. En su discurso de triunfo, reveló su intención de tener un gobierno que busque la unión de todos los panameños.
Mulino sorprendió al revelar que había hablado con su contrincante en las elecciones, Rómulo Roux, con quien planea reunirse para discutir cómo avanzar juntos por el bien del país. “Se acabó esa vaina, se acabó la persecución política, se acabó la manipulación del Ministerio Público”, declaró Mulino, enfatizando su compromiso con la transparencia y el respeto a la autonomía de cada órgano del Estado.
El presidente electo manifestó su disposición a dialogar con todos los diputados electos, rechazando la confrontación y abogando por enrumbar la nación hacia un futuro próspero y justo. Agradeció al presidente saliente, Laurentino Cortizo, por su llamada y su compromiso con una transición ordenada.
Con un tono firme, Mulino destacó que no estaba asumiendo el cargo para dirigir un circo, sino para liderar con seriedad y responsabilidad. Arremetió contra los periodistas a quienes acusó de hacer preguntas capciosas, pero afirmó estar dispuesto a responder con respeto.
En un gesto de conciliación, Mulino envió un abrazo a Ricardo Martinelli, destacando que se acabó la persecución y que el país está cansado de las peleas políticas. “No me considero enemigo de nadie, yo no vine aquí a pelear con nadie a pesar de lo que me hicieron”, declaró.
Con un “Mulino presidente, carajo, gracias”, el nuevo líder panameño cerró su discurso.