Los casi dos años de pandemia de la covid-19 han demostrado que hay que rescatar servicios públicos vitales para el desarrollo sostenible del país.
El de Salud anda manga por hombro. Sacar una cita en el Seguro te toma más de 15 días, no hay medicinas y acudir a un centro médico público es una calamidad.
Las policlínicas de la CSS están rodeadas por pequeñas clínicas privadas, lo que demuestra lo ineficiente y el caos del servicio público en cada sector del país.
Ni se diga de la educación. Vamos en la cola de la región y ni siquiera se pueden tener infraestructuras dignas para que los muchachos den clases.
Para rematar, ni la Universidad de Panamá puede atender a los estudiantes de primer ingreso porque la cifra se disparó de 65 mil a 95 mil.
Y mientras todos los servicios básicos se deterioran y estancan, los políticos de turno siguen aumentándose sus salarios y metiendo la mano como pueden porque tienen la complicidad de un contralor que no sirve.