El Ministerio de Salud de (Minsa) informó que tras entrar en operación la atención de salud mental a través de las líneas 523-6813 y 6846, se han realizado entre el 15 de abril al 25 de mayo, un total de 827 llamadas telefónicas.
La entidad indicó que las mujeres son las que mayormente han utilizado los servicios brindados por el Instituto Nacional de Salud Mental (INSAM).
El Minsa invitó a la población a mantener estilos de vida saludables, hacer ejercicios y actividades al aire libre (manteniendo las medidas sanitarias actuales recomendadas y el distanciamiento físico), que son un factor determinante para mantener una buena salud mental.
Las autoridades recomendaron también dormir las horas reglamentarias y reforzar los lazos familiares, parte de las conductas saludables cuando se habla de "higiene mental".
La coordinadora de salud mental del Centro de Operaciones de Emergencia de Salud del Minsa, Delia De Ycaza, manifestó en su momento que los especialistas en el manejo de crisis son profesionales con experiencia en atención psicológica, psiquiátrica, quienes brindan orientación a los pacientes que presenten miedo, ansiedad, angustia, nerviosismo, mal humor, problemas para dormir entre otros síntomas que afectan a la salud mental.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la semana pasada de las consecuencias para la salud mental que está teniendo el coronavirus en el mundo y las que va a tener en el futuro, con un posible aumento de suicidios y de trastornos, e instó a los gobiernos a no dejar de lado la atención psicológica.
“La situación actual, con aislamiento, miedo, incertidumbre y crisis económica, puede causar trastornos psicológicos”, advirtió en una rueda de prensa digital Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
Este organismo considera probable “un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental” por el “sufrimiento inmenso de cientos de millones de personas” y los costes económicos y sociales a largo plazo para la población.
Los grupos en mayor riesgo, señala Kestel, son “los sanitarios y personal de primera respuesta, con la ansiedad y estrés que están viviendo, niños y adolescentes, mujeres con riesgo de violencia doméstica, los mayores, por el riesgo de ser infectados, personas con condiciones mentales preexistentes u otras enfermedades, que tiene más difícil seguir recibiendo tratamiento”.