La morosidad por $44 millones de los clientes con la empresa Recicladora Vida y Salud San Miguel S.A. (Revisalud) y la mala disposición de los desechos, son dos de los factores que han incidido en la crisis de la recolección de basura que se registra en el distrito de San Miguelito.
Pero además, la empresa lleva semanas tratando con sus trabajadores un nuevo convenio colectivo que de acuerdo a un vocero en esta semana debe llegar a la culminación de las negociaciones. Lo que también repercutió en agravar el problema que no es exclusivo de dicha zona de la ciudad de Panamá.
Durante un recorrido por los corregimientos de Belisario Frías, Belisario Porras y Rufina Alfaro, este medio constató la proliferación de los conocidos vertederos improvisados a orillas de las calles de los sectores populares, que también registran las tasa de morosidad más altas y representan zonas críticas. Pero en urbanizaciones como San Antonio y Brisas del Golf, algunos de sus residentes denunciaron que la frecuencia semanal ha disminuido, que no realizan todo el recorrido y que incluso los trabajadores cobran para llevarse la basura.
Eduardo Boyd, jefe de proyectos y metas y coordinador del juzgado de aseo del Municipio de San Miguelito, manifestó que han implementado el denominado “Gran Operativo de Limpieza y Recolección de Basura”, pero esto no es más que un paliativo ante la crisis sanitaria y por los cuestionamientos a la gestión del alcalde Héctor Valdés Carrasquilla.
“En promedio nosotros estamos recolectando 200 toneladas diarias con seis camiones, dos retroexcavadoras que aportó el Ejecutivo, aparte de lo que hace Revisalud”, acotó Boyd. Sin embargo, al consultarle sobre la cuantía que representa el alquiler de estos equipos no lo precisó y solo dijo que la medida está contemplada hasta finales de julio hasta que la situación mejore.
A la fecha el municipio ha recolectado mil 700 toneladas de basura durante la última semana. También destacó el funcionario que se realizará una revisión del contrato de Revisalud, para que cumplan mejor con la frecuencia.
Para el coordinador del juzgado de aseo, hay dos fallas: la poca frecuencia de la empresa que cuenta con la concesión y la indisciplina de la población. “No se debe depositar colchones, lavadoras, basura orgánica a cualquier momento, para eso se establece los días en lo que pasan los recolectores”.
Estamos reforzando ahora al equipo de juzgado de aseo con los inspectores para que ayuden a canalizar, orientar y en ocasiones multar a los infractores. Nos reunimos con los encargados de las videocámaras de San Miguelito para abordar este tema.
Por la morosidad con la empresa, aseveró que ellos debieron crear su mecanismo correcto de cobro para evitar el aumento de la deuda que no nació de la noche a la mañana, creo que perdieron la visión para llegar a un cobro más eficiente. En cuanto a las multas, dijo que serán más rigurosas.
La realidad es que mientras no se desarrollen políticas de gestión integral de residuos, el problema seguirá extendiéndose a otras regiones del país, como ya se evidencia. Y en el caso de San Miguelito, la cuestión es qué pasará en un mes cuando termine el operativo creado como un paliativo, ya que la población genera más basura de la que es recolectada.