Panamá, como muchos países, enfrenta desafíos energéticos debido al aumento de la demanda y la sostenibilidad ambiental. En este contexto, las licitaciones de energía son fundamentales para garantizar un suministro eléctrico eficiente y competitivo.
Este modelo de licitaciones de energía, gestionado por el gobierno, fomenta la competencia entre generadoras y asegura contratos a corto o largo plazo con precios predefinidos, que representan aproximadamente el 70% del costo total del servicio eléctrico, además, promueve la inversión en infraestructura energética, clave para la seguridad y el desarrollo económico del país.
A continuación, ENSA ofrece información sobre las licitaciones de energía en Panamá.
¿Qué es una licitación de energía?
Una licitación de energía es un proceso de contratación pública mediante el cual el gobierno invita a las empresas generadoras a presentar sus ofertas para la mayor cantidad de oferentes posibles a suplir la demanda de energía nacional, la cual es finalmente asignada a la o las propuestas que generarán el menor costo al usuario y cumplan con todos los requisitos.
Las licitaciones comienzan con la Secretaría Nacional de Energía, que define criterios como el plazo de suministro, tecnologías (hídrica, solar, eólica o térmica) y requisitos para las ofertas. Luego, ETESA, bajo la supervisión de la ASEP y conforme al marco regulatorio, organiza el acto público para cubrir la demanda de energía según las necesidades del país (las tres distribuidoras). Tras seleccionar las propuestas más económicas, validadas por la ASEP, ETESA asigna la licitación, y las distribuidoras deben firmar los contratos bajo las condiciones de duración y precio más bajos.
En los casos definidos por la Secretaría, los oferentes deben comprometerse a desarrollar nuevos proyectos de generación para fomentar la inversión nacional y asegurar un mínimo de plantas y capacidad energética para todos los clientes. En estos casos, el suministro puede superar los 15 años para que los precios sean competitivos y permitan recuperar la inversión.
Cuando se usan tecnologías que requieren combustibles o gas, los precios de la energía dependen en parte de la variación del precio del combustible, lo que genera fluctuaciones en el costo final de la energía según la economía mundial.
Un instrumento clave
En Panamá, el sector energético, especialmente el de generación, ha crecido significativamente en las últimas décadas, ampliando su capacidad y diversificando la matriz energética con fuentes como hidro, solar, eólica y térmica.
Las energías renovables, como la hidroeléctrica, solar y eólica, dependen del clima, lo que hace necesario contar también con fuentes capaces de suplir la demanda en épocas de sequía, noches o vientos bajos. Este mix busca ser lo más renovable posible, pero garantizando el suministro en todo momento.
Los contratos de licitación aseguran compromisos de suministro con precios competitivos, reduciendo la volatilidad de los costos asumidos por el cliente final.
Ventajas de las licitaciones de energía para Panamá
Estabilidad de precios: Garantizan precios estables a pesar de las fluctuaciones en los costos de combustibles o la demanda, beneficiando a consumidores y empresas con previsibilidad a largo plazo.
Fomento de la competencia: La apertura del mercado promueve la innovación y eficiencia, permitiendo la adopción de las mejores tecnologías y prácticas operativas.
Incentivo a las energías renovables: Favorecen la inclusión de energías limpias, como solar y eólica, reduciendo la huella de carbono y diversificando la matriz energética.
Seguridad en el suministro: Los contratos a largo plazo estimulan inversiones y aseguran un suministro continuo, evitando crisis energéticas.
Licitaciones de energía y tarifa eléctrica
Los beneficios económicos por menores costos de generación se trasladan directamente al cliente final. Las distribuidoras, al firmar los contratos de licitación, no pueden obtener ganancias adicionales y deben transferir el costo exacto a la tarifa final.
La ASEP realiza una revisión semestral para ajustar la tarifa en función de cualquier cambio en los costos. Así, la efectividad de las licitaciones y las autoridades es clave para asegurar un sistema confiable y precios justos para los usuarios.