Por primera vez en su historia Colombia ya tiene un presidente de izquierda y hay muchas teorías conspirativas, miedo, consensos orquestados y de supuestos planes para tomarse América, el continente de la esperanza.
Pero este discurso solo produce más odio y división y nos aleja a todos del debate que importa.
En pleno siglo XXI, en medio de una guerra atroz, pandemia de la covid-19 y alertas por la viruela del mono, lo que más necesitan nuestros países es acercamiento, fraternidad y cooperación, que no siempre se consiguen con recados de cartitas.
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La ausencia de ‘Nito’ Cortizo en la toma de posesión de Gustavo Petro fue sorpresiva, siendo Colombia el vecino más complejo, grande y con temas sensibles como lo son: la frontera, migrantes, narcotráfico y que se haya preferido la ausencia del presidente para distanciarlo de la izquierda por el bloque que forman Dominicana, Ecuador, Costa Rica y Panamá.
Lo que necesita nuestra región y nuestros países no son ideologías de izquierdas ni derechas, sino combate frontal a la inequidad y a la corrupción, que tienen en jaque nuestro presente y futuro.