Durante sus últimos 10 años ha sido garante de la seguridad de los panameños y su profesión se hace más interesante y peligrosa al convertirse en la segunda mujer en pertenecer a la Unidad Táctica de Operaciones Antidrogas (UTOA) de la Policía Nacional que diariamente combate con los narcotraficantes.
La cabo primera Amarilis Gómez es madre y la vez esposa haciendo una combinación con mucho sacrificio para dejar en alto a su país y ser un orgullo para su familia.
Pero a pesar que en su trabajo comparte con unos 160 hombres dentro de esta unidad especial, no ha perdido su feminidad y se ha ganado el respeto por ser una dama fuerte y exigente en cada misión en alta mar.
Con su belleza y sensualidad esta joven dama de 30 años de edad, al llegar a su casa luego de terminar su misión se convierte en una madre cariñosa con sus tres hijos de 13, 12 años y un infante de tan solo nueve meses de nacido.
NO FUE FÁCIL
Desde que estaba en la escuela secundaria su sueño siempre fue pertenecer a las filas de Policía Nacional, sueño que cumplió luego de graduarse de la secundaria.
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Teniendo cinco años dentro de la institución se inscribió en el curso de operadores de lanchas patrulleras en donde más de 80 policías se inscribieron.
Fueron tres meses y medio muy duros durante el curso ya que los ejercicios cada día eran más exigentes, pero su gallardía de mujer y esa vocación de su profesión hizo que se graduara entre los 33. Fue la única mujer.
Hoy día esta madre es la encargada de patrullar una de las lanchas que cuenta (UTOA), pero sus ganas de superase no han quedado ahí. Ha tomado un sinnúmero de cursos, entre esos de paramédico de combate en el campo de batalla.
SIEMPRE HAY PELIGRO
Cada vez que sale de su casa, se despide de sus hijos y le da la gracias a Dios por un nuevo día y se encomienda al Señor para poder regresar a la casa.
Su trabajo comienza detrás de varias pantallas en donde observa detenidamente cualquier movimiento inusual por las aguas del Pacífico. En cada turno está preparada para cualquier misión que pueden durar de dos hasta 15 días en alta mar.
Ella siempre está acompañada de siete compañeros más junto a tres embarcaciones que van en la misión.
“Trabajar en la Unidad de Fuerzas Especiales y ser madre no ha sido fácil, peor cuando llega la orden de partir a operativos por varios días”, dijo.
“Esta profesión siempre me ha gustado porque yo soy una mujer de Dios, y siempre me ha gustado ayudar al prójimo y más cuando se trabaja para que esa droga no llegue a las calles de nuestro país”, agregó.
El ser la única mujer en la unidad, no ha sido impedimento, ya que todos trabajamos en equipo y se respeta la igualdad de derechos.
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Para mí es un orgullo pertenecer a esta unidad e inspiro a todas las mujeres de la institución que se animen e ingresen al curso. También les digo que sean emprendedoras, que amen a la institución a sus familias y que cuiden a sus hijos.
Así como Amarilis hay más mujeres en diferentes unidades de la Policía Nacional que cuidan a la población panameña. En este día especial se reconoce su doble dedicación de profesionales y madres. ¡Felicidades!