Los camisas rojas están de fiesta y celebran 133 años de fundación del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá (BCBP).
Lastimosamente, este año la celebración se vio opacada por las pérdidas de vida de varios bomberos por la terrible pandemia de la covid-19.
Aun así, no se puede pasar por alto el trabajo de hombres y mujeres de esta entidad dispuestos a dar la vida por el prójimo. Entre ellos están los esposos Nilsa Chavarría y Manuel Hurtado, bomberos permanente y voluntario, respectivamente, quienes desde muy jóvenes se interesaron por esta profesión al servicio de los demás.
El teniente coronel Hurtado contó a ‘Mi Diario’ que ingresó al BCBP siendo menor de edad, pues ya venía de ser Scout. Antes fue monaguillo en la iglesia de Santa Ana, su barrio.
“Tuve que esperar a tener los 17 años con siete meses para tener mis primeras experiencias al llamado y fue así como he seguido sirviendo”, recuerda. Dijo que muchos de ellos fueron en Curundú, cuando la mayoría de las casas eran de madera.
Expone que el trabajo de los bomberos es una hermandad donde en los tiempos de instrucción todos se preocupan para que el otro aprenda, “porque la vida de cada uno de nosotros depende de la del compañero y hay que estar seguro que todos tengan la misma calidad de aprendizaje”.
Nilsa, por su parte, es madre de dos hijos varones de 17 y 22 años. Ella también desde muy joven se motivó por la profesión. “Yo ayudaba en la iglesia de Santa Ana a llevar la comunión a aquellos adultos mayores que por su condición de salud no podían acudir a la misa”, rememora.
Reto superado
Posteriormente, junto a un grupo de jóvenes decide hacer las pruebas para ingresar a los Bomberos y es así como pasa el curso y queda en la Compañía N° 3, donde era la única mujer.
“Hubo obstáculos en la vida, entre esos el hecho de ser mujer, pero esas adversidades las vencí”, afirma.
La mayor Chavarría recuerda que uno de los incidentes más trágicos vividos fue un fuego en el almacén Sacks donde fallecieron bomberos que eran sus compañeros. “Eso fue tan terrible”, narra mientras intenta contener las lágrimas.
Para los esposos Hurtado Chavarría es un orgullo ser parte de los bomberos, porque así pueden ayudar a las personas. “Entre más ayudas, la vida lo ayudará a usted”, está convencido Hurtado.
La vida de estos esposos está llena de anécdotas de rescate, de amor al prójimo y han manifestado que servirán a esta noble entidad hasta el último día que Dios le dé de vida. ¡Felicidades a ellos y al BCBP!