En una región educativa donde las brechas parecen más grandes que los logros, recientemente, 425 directores, subdirectores y supervisores de Panamá Oeste se reunieron en lo que llamaron el Primer Consejo de Líderes Educativos. La cita tuvo lugar en el Colegio San Martín de Porres, en La Chorrera, con un único objetivo: cambiar las reglas del juego para el próximo año lectivo.
Con discursos cargados de esperanza y desafíos, las autoridades educativas prometieron que este encuentro marcará un antes y un después en la calidad de la educación. “Nuestro compromiso no es solo abrir las puertas de las escuelas, sino garantizar que esas puertas conduzcan al futuro que nuestros estudiantes merecen”, afirmó Melitza Mata, directora del CEBG El Trapichito, con un entusiasmo que dejó entrever la magnitud de la tarea.
Pero no todo fue optimismo. En un momento de tensión, Gregorio Gutiérrez, director del Centro Educativo Bilingüe Visión del Saber, dejó caer una verdad incómoda: “No podemos seguir dividiendo a los estudiantes entre oficiales y privados, todos son el centro de la educación. Pero, ¿estamos realmente listos para unir fuerzas?”.
Tecnología y recursos: ¿promesas o realidades?
Entre los temas discutidos, destacaron la implementación de tecnologías educativas y programas de apoyo estudiantil. Sin embargo, los recursos siguen siendo un problema. “Es difícil hablar de innovación cuando a veces no tenemos ni marcadores”, comentó en tono sarcástico un supervisor de Arraiján que prefirió mantenerse en el anonimato.
La reunión también contó con la presencia de altos mandos del Ministerio de Educación, incluida la ministra Lucy Molinar, quien reafirmó el compromiso de la institución de transformar las aulas en espacios de aprendizaje moderno y efectivo. “Panamá Oeste será ejemplo nacional... o eso esperamos”, dijo entre risas que buscaban mitigar la presión del público.