Con el pasar de los años las reglas de la política criolla se han ido refinado para favorecer el clientelismo, el juega vivo y la maleantería.
Al debatir las reformas electorales, los partidos políticos en el poder o con acceso a este atacan normas que defienden cuando están en oposición.
Algo similar a lo que pasa con la figura de revocatoria de mandato, muy en boga por estos días por lo que viene sucediendo con el partido Cambio Democrático (CD) y un grupo de su diputados.
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Esta figura y su alcance merecen una amplia discusión, porque de alguna manera impacta el libre pensamiento y el disenso necesario a lo interno de los colectivos políticos.
No obstante, el abordaje que hoy hacen los que pueden sentirse afectados es lo que llama la atención y provoca ruido, porque habla de un actuar politiquero, conveniente y falta de compromiso con el electorado; además de la actitud servil hacia el mejor postor.
Lo que está claro es que necesitamos reglas electorales claras que democraticen y saneen el ejercicio de la política criolla.