El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, ha levantado una voz de alerta sobre el crítico estado de la gestión de residuos en Panamá.
Durante un pronunciamiento reciente, calificó la situación como insostenible: “Tenemos el país hecho un muladar”.
Navarro destacó que las calles del país están invadidas por aguas servidas y desechos, lo que constituye una amenaza directa a la salud pública y la calidad de vida de los ciudadanos.
El problema, que se ha agravado con el tiempo, refleja no solo la falta de infraestructura adecuada, sino también una cultura de malas prácticas que, según el ministro, “no podemos aceptar como normal”.
Navarro urgió a establecer un sistema eficiente de recolección de basura y a fomentar una mayor responsabilidad ciudadana para clasificar y depositar correctamente los desechos.
Para abordar esta crisis, el gobierno trabaja junto con las alcaldías de Panamá y San Miguelito en un ambicioso proyecto de asociación público-privada.
Este plan busca optimizar la recolección de residuos mediante la instalación de más recipientes en puntos estratégicos, la implementación de rutas y horarios claros de recolección, y la utilización de tecnologías avanzadas, como la incineración de basura para la generación de energía.
El ministro detalló que, bajo la dirección del presidente de la República, José Raúl Mulino, se han priorizado reuniones para garantizar el avance de esta iniciativa.
“El objetivo es tener el proyecto listo para consulta pública en el primer trimestre de 2025”, indicó Navarro, quien añadió que la implementación completa se proyecta para 2026.
En sus declaraciones, Navarro enfatizó que la solución no solo recae en el gobierno, sino también en la participación activa de la ciudadanía, que debe adoptar hábitos más responsables respecto a la gestión de residuos.
Además de los problemas de recolección, el ministro subrayó la necesidad de asegurar una disposición final adecuada para la basura, evitando que esta siga acumulándose en vertederos desbordados o contaminando espacios naturales.
“Esto es una tarea urgente y no puede esperar más”, expresó.
Con estas medidas, el gobierno busca mitigar el impacto ambiental, mejorar la calidad de vida de los panameños y avanzar hacia un manejo más sostenible de los residuos, un desafío que ha afectado al país durante décadas.