Con el tradicional “Entierro de la Sardina” se pone punto final a los días de fiesta y excesos del carnaval. Esta costumbre, muy arraigada en España y varios países latinoamericanos—incluido Panamá—, se vive como una gran despedida antes de empezar la Cuaresma. En la capital panameña, la reina y sus princesas organizan un desfile que parodia un cortejo fúnebre, en el que ‘entierran’ de manera simbólica a la sardina. Este personaje suele ser interpretado por alguien del equipo carnavalesco, entre risas, llantos fingidos y música que invita a la despedida.
Además de este acto, otras actividades también marcan el cierre de la fiesta. En Las Tablas, por ejemplo, se realiza el famoso “topón” al amanecer del Miércoles de Ceniza, donde las tunas de Calle Arriba y Calle Abajo compiten quemando pirotecnia para impresionar al público y alzarse con la victoria popular.