A diferencia de años anteriores, y debido a la covid-19, hoy 31 de enero, las calles del corregimiento de Calidonia no estarán repletas de devotos que junto a san Juan Bosco caminarán con esperanza. Sin embargo, “El Preguntón” conversó con el padre César Augusto Lacayo y te cuenta todo lo que debes saber para no perderte una de las celebraciones más multitudinarias de la fe católica en el país.
¿Cómo fue la preparación para la celebración a Don Bosco?
“Se hizo un camino preparativo previo a las novenas, inclusivo, aprovechando los días de cuarentena total que hubo durante Navidad, algunos foros virtuales para reflexionar sobre algunas temáticas, sobre la evangelización, la familia, la conversión, sobre el proyecto de vida”.
¿Cuándo arrancaron las festividades?
“Una semana y media antes de las novenas inició una jornada de salesianidad, le llamamos ‘conociendo a Don Bosco’, que igualmente virtual la gente se podía conectar a través de nuestras plataformas y reflexionábamos algunos temas específicos de Don Bosco, sobre su historia, su pedagogía, su espiritualidad con el movimiento de los jóvenes”.
¿Como les tocó reinventarse y adaptarse a la situación actual?
“Tuvimos que ir aprendiendo y ajustarnos. Antes de la primera semana del encierro fuimos buscando accesorios, probando cómo era que se transmitía. Gracias a Dios teníamos la tecnología suficiente para comenzar, prácticamente los sacerdotes estábamos solos, entonces comenzamos a adquirir esas habilidades necesarias para transmitir, y de junio a julio hicimos un plan para el segundo semestre virtual con todas las pastorales”.
¿Cómo fue la acogida de los fieles de una procesión virtual?
Yo pienso que al final de cuenta la gente se fue preparando para comprender con los precedentes anteriores como el Nazareno en Colón, una fiesta grande, que también podía pasar con Don Bosco, como efectivamente pasó. Pero a pesar de que no podemos celebrar como quisiéramos, gracias a Dios creo que la Iglesia ha sido una de las instituciones que más ha hecho cumplir con la ley y el protocolo de un modo estricto”.
A los adultos mayores, ¿cómo les va con la conectividad?
“Para los más ancianos es más complicado porque requieren más bien de la ayuda de los nietos o de un familiar que le ponga su estación de radio. Gracias a Dios hay opciones como radio María, radio Hogar, FETV, en Facebook estamos como Basílica Don Bosco Panamá, en YouTube. Es cierto que tal vez no todos tienen una conexión, no todos tiene data, pero en lo que se puede y como se puede el cristiano tiene las herramientas para vivir su fe”.
¿Cómo se desarrollaron las novenas?
“Las novenas se desarrollaron presencial y virtual, con misas por la mañana y por la tarde con el aforo permitido, evitamos la aglomeración. Además, por la tarde se hizo una pequeña antesala por FETV para que los muchachos interactúen a través del canal, una especie de espera o antesala gozosa a la misa que venía a la prédica del padre Javier Rivas, predicador de este año y vicario de los salesianos de Centroamérica”.
¿Qué diría a los detractores por la celebración en cuarentena?
“La movilidad no depende de nosotros, realmente apelamos a la conciencia de la gente al sentido común. Apelamos a lo que se está diciendo desde el inicio de quedarse en casa; si nosotros propiciáramos que la gente venga sería echar por tierra la labor de los gobernantes, del personal de salud y de todos los que han perdido la vida en estas circunstancias”.
¿Cómo ha impactado a la Basílica la pandemia?
“Realmente ha sido cansado, antes de la cuarentena se hacía uno o dos funerales a la semana, hemos tenidos días en los que atendemos hasta cuatro funerales entre entierros de ceniza y eucaristía. Es impactante conocer la historia de cada familia, ser testigo del sufrimiento de estas personas, pero también ha sido consolador darme cuenta que las personas, aunque han muerto, han sabido amar y los dolientes agradecidos con Dios por darles ese esposo, esa madre, ese hermano, ese hijo, y aceptar también la voluntad de Dios, valorar la vida, el don del sacerdocio y orar por ese pueblo que sufre también”.
¿Qué les diría a esas familias que afrontan una pérdida por el virus?
“Yo pienso que cada una de las familias debemos primero bendecir a Dios por todo, no buscar culpables en esto, porque pensamos que esto es un castigo de Dios. No es un castigo, son circunstancias extraordinarias que han pasado lo largo de la historia y que en nuestra época nos ha tocado a nosotros esto pues. Y a las personas que tienen ese duelo, que también yo he vivido con amigos que han muerto por covid, que Dios en su infinita misericordia sabe por qué pasan las cosas. Como dicen en Romanos 8:28, “todo pasa para bien de los que aman a Dios”.