“Todo migrante es una persona humana que, en cuanto tal, posee derechos fundamentales inalineables que han de ser respetados por todos y en cualquier situación”, ha sido ha dicho la Iglesia católica desde el 2009 en su Enciclica “Caritas in Veritate”.
Bajo este argumento Panamá y muchas otras naciones vienen brindado ayuda a los migrantes que llegan a nuestros países huyendo de la violencia política y criminal en sus países de orígenes.
Son “oleadas de personas” que se vuelven incontrolables, por ello en el pasado gobierno de Juan Carlos Varela se ubicaron instalaciones temporales en Darién y Chiriquí para darle alimentos, agua y atenderlos con sus primeras necesidades como medicinas porque Panamá era consciente del trato humano y de los acuerdos internacionales que nos obligaban en esta materia de derechos humanos.
La situación no era fácil porque habían críticas por el trato dado por el gobierno panameño, pero se insistía que estas personas no buscaban quedarse en Panamá, sino seguir su camino, principalmente a Estados Unidos.
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Pero en julio del 2019 llegó al poder, el presidente Nito Cortizo y su ministro de Seguridad en ese momento, Rolando Mirones, aseguró que estas personas eran víctimas de mafias que comerciaban con seres humanos y que se iba a revisar la política en esa materia. Hasta ese momento regía la política de “flujo controlado de migrantes”.
Debido a ello el gobierno de Varela tenía planeado construir un centro de atención para los migrantes en Darién porque no es solo un asunto de seguridad, sino de salud para la población.
El albergue temporal migratorio estaría localizado en Metetí Darién por un monto de 8.9 millones de dólares.
Con la transición del gobierno y la llegada de Mirones al Ministerio de Seguridad, el proyecto se vio frenado, pero la migración no se ha detenido.
A pesar de la postura de las autoridades locales, el secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, visitó en agosto del 2019 un campamento con centenares de migrantes que sobrevivieron al cruce de la peligrosa frontera colombo-panameña y que buscan llegar a Norteamérica.
Ya ni McAleenan es secretario interino de Seguridad de EU ni Mirones es ministro de Seguridad.
Pero ahora en un giro de 180 grados el gobierno de Cortizo anunció hoy miércoles 22 de abril que construirán un u nuevo centro para atender a los migrantes irregulares. La decisión la comunicó el director del Servicio Nacional de Fronteras, Oriel Ortega.
Es decir, el flujo de migrantes no se ha detenido, ahora hay una pandemia mundial y lo que se ha perdido es tiempo y si se hubiera atendido la recomendación Panamá estuviera más preparado en nuestra frontera con Colombia.