Ana Blanco es una gunadule que cuando se dio cuenta de que tenía vida ya estaba en España. Sus padres la dieron en adopción a una familia española que pasaba por Panamá, con el objetivo de darle una mejor calidad de vida. Ahora, a sus 21 años de edad, ha recuperado el contacto con su familia y está aprendiendo sobre su cultura de forma intensiva.
¿En qué momento descubriste que eras gunadule?
“Desde que era pequeña mi madre adoptiva siempre me hizo saber de mi procedencia. Crecí sabiendo que era una niña adoptada de Panamá. Sin embargo, fue un poco más tarde cuando supe que era gunadule, observando los libros que tenía mi madre en la sala sobre los indígenas de Panamá. Me contó que no solo era de Panamá, sino que además era indígena”.
¿Cuáles fueron tus reacciones?
“Recuerdo que me hizo mucha ilusión, porque era algo que no sabía que existía, algo diferente para mí (las etnias indígenas)”.
¿Te sentiste discriminada en la escuela?
“No, en la escuela siempre fui muy querida por mis compañeros, nunca tuve ninguna clase de problema, aunque soy consciente de que podría no haber sido así, como le puede pasar a otras personas. Pero yo tuve la suerte de ser siempre aceptada como una niña más”.
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¿Pero te decían algo por tu estatura?
“Toda mi vida, siempre me he sentido muy acomplejada por mi altura, ya que mis compañeros crecían y yo seguía siendo muy pequeña. Llegué a pensar que tenía algún problema de desarrollo o que era porque comía muy poquito. Y lo mismo con el desarrollo del bello y el cuerpo. Mis compañeras cambiaban y crecían y yo con 16 me seguía viendo igual, hasta que entendí que ser así es un rasgo de mi etnia y estoy aliviada de saber que no me pasaba nada. Es más, ahora lo veo como un orgullo y una ventaja”.
¿Sabían que eres indígena?
“Cuando me preguntan de dónde soy siempre respondo Panamá y no doy más detalles. Pero en el caso de que me preguntan más profundamente sí respondo que soy indígena y les cuento un poco sobre el tema, siempre con mucho orgullo”.
¿Qué edad tenías cuando te dieron en adopción?
“20 días, recién nacida”.
¿En qué momento decidiste conocer a tus padres biológicos?
“Desde que soy consciente de mi adopción siempre tuve esa curiosidad de saber dónde estaría mi otra familia. Cómo sería mi madre, mi padre, si tendría más hermanos. Eran preguntas que a veces me hacía y luego seguía con mi vida. Algunas veces buscaba en internet el nombre de mi madre, ya que era lo único que tenía de información. Ni siquiera sabía el nombre de mi padre, ni tenía su apellido. Seguía con las dudas y ya tenía muy claro que seguramente jamás los conocería. Pero nunca dejé de buscar, hasta que logré conocer a mis hermanos y estoy pendiente de conocer a mi padre”.
¿Cómo es que te ha interesado tanto conocer tus raíces?
“Pues no sé la opinión de todos los niños que han sido adoptados, pero desde mi punto de vista cuando te adoptan y lo sabes, en el fondo hay muchas preguntas que puedes buscar su respuesta o simplemente ignorarlas. Yo buscaba respuestas y las encontré. La cultura guna, desde el primer momento que la conocí, me llamó muchísimo la atención. Es una cultura muy bella y super interesante: las molas, el idioma y sobretodo, el amor que los dules sienten por su cultura y cómo luchan para protegerla. Aparte de eso yo crecí con españoles, la mayoría blancos y altos. Y yo tengo mis rasgos indígenas; entonces, cuando descubrí que había más gente como yo, gente con el pelo negro liso, piel canela, ojos rasgados y bajitos, pude encontrar un “hogar” nuevo, una procedencia y una nueva identidad. Y eso también me ayudó a querer saber más de dónde vengo. Saber que esa es mi procedencia es un total orgullo para mí y poder decir: “soy gunadule” sin ninguna clase de vergüenza”.
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¿De dónde es tu familia?
“Mis padres, cuando me adoptaron vivían en La Coruña, en Galicia, al noroeste de España. Es donde he crecido y he vivido estos 21 años. Mi madre era de La Coruña y mi padre es de Orense, una ciudad en el interior, en Galicia también”.
¿Y tu familia biológica?
“Playón Chico (mi mamá) y Assuddubbu (mi papá)”.
¿Cuándo fue la primera vez que tuviste contacto con ella?
“En octubre del año pasado contacté por WhatsApp a mi padre biológico por primera vez. Estaba muy nerviosa porque después de tanto tiempo estaba a un mensaje de poder hablar con él. Luego él me dio los números de mis hermanos y esa misma noche hablé con mi hermana mayor y después con el resto de mis hermanos. Fue una noche muy emocionante”.
¿Cómo obtuviste el WhatsApp de tu papá?
“Primero con mi novio contactamos a un detective de Panamá y él consiguió todos los nombres de mis hermanos y mi padre biológico. Después de tener los nombres los pudimos buscar mejor por las redes. Encontramos el nombre de mi padre en Facebook y miramos si era guna, si se parecía a mí o algo para estar seguros. Allí él tenía puesto un número de teléfono de su empresa de electricista. Entonces le hablamos a ver si nos contestaba y sí era”.
¿Cuándo viniste a Panamá?
“A las dos semanas o tres de hablar con mis hermanos. Los vuelos de España a América son muy caros; sin embargo, por la covid los vuelos estaban muy baratos y ahí vi mi oportunidad de poder ir. Fui sola, fueron 10 horas interminables, pero mereció la pena reunirme con mis hermanos. Estuve 10 días. En diciembre decidí volver a Panamá, los precios de los vuelos seguían estando baratos. Esta vez fui con mi pareja a celebrar mi primera Navidad y fin de año con mi familia”.
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Ahora estás participando en un concurso de belleza indígena. ¿Qué te dicen en España?
“Mi padre siempre me ha apoyado en todo lo que quiera hacer, profesionalmente o no. A él le parece genial que participe”.
¿Y tu novio?
“Mi novio es mi fan número uno. Es mi gran apoyo. Desde que lo conocí siempre ha estado apoyándome y empujando a que haga más cosas, no podría haberlo hecho sin él. Él sabe que si gano o si me salen oportunidades en Panamá seguramente me quede allí y él obviamente quiere que esté con él en España”.
¿Cómo tienes esa colección de molas?
“Me las han regalado mis hermanas y otras son regalo de amistades que he ido conociendo. Tengo cinco molas y creo que siete saburetes”.
¿Ya aprendiste a ponerte wini bien?
“Luis (mi novio) me las pone de una forma, pero no estamos seguros de si es la forma correcta”.
¿Tus planea a futuro?
“Antes de conocer todo esto mi plan era entrar a una escuela de Arte y Diseño en La Coruña, o salir de España a estudiar Diseño de Interiores. Ahora también me gustaría tener éxito como modelo y artista; con eso lo que quiero es dar visibilidad a mi cultura guna, no solo en Panamá y España, sino en otros países. Pienso que eso ayudaría a lograr mi objetivo de dar visibilidad a la mujer indígena. Y, por supuesto, en algún momento me gustaría tener mi apartamento en Panamá y quedarme a vivir unos años y poder conocer mi país mejor que desde España y trabajar con más gente panameña e indígena”.
“A partir de hoy todos mis logros los usaré para impulsar nuestra cultura y ayudar a que la mujer indígena se llene de orgullo de su procedencia. Porque en el fondo soy como una extranjera y si yo puedo ver la riqueza y belleza de las etnias indígenas ellas también pueden y deben sentirse orgullosas de serlo”.
“Puede que haya tardado 21 años en conocer mi cultura, pero me quedan muchos años más para poder disfrutar y enseñarla a quien esté dispuesto a conocer más de ella”.
DATOS
Fecha de nacimiento: 9 de abril de 2000
Residencia actual: La Coruña, Galicia, España
Apellidos de Panamá: Garrido Muñoz
Apellidos de España: Blanco Bertojo
Pasatiempos: Dibujar, pintar y pole dance
Redes sociales: IG: @aanablanco_ TIKTOK: @anaabbe