El Centro de Rehabilitación El Renacer se ha robado el show con un “permiso de salida especial” para dos de sus huéspedes VIP: el exministro Guillermo Ferrufino y el exdirector del PAN, Giacomo Tamburrelli. ¿El motivo? No era para obras comunitarias, sino para ¡hornear roscas navideñas! Sí, leíste bien.
De las celdas al horno (pero no el del penal)
El permiso, aprobado por la junta técnica del penal siguiendo órdenes de la ministra de Gobierno, Dinoska Montalvo, y el director del Sistema Penitenciario, Jorge Torregroza, permitió que ambos exfuncionarios salieran a “trabajar” en el restaurante de la familia Tamburrelli. La autorización, emitida el 2 de diciembre, tenía un horario cómodo: de 8:00 am a 5:00 pm, con un margen generoso para el traslado desde Gamboa.
Lo curioso es que, aunque El Renacer está equipado para hornear, las roscas se hicieron en un establecimiento privado, mientras que otros reclusos que participaron en el bazar no tuvieron el mismo lujo. Las condiciones eran claras: nada de alcohol, drogas, armas ni desvíos, pero la indignación pública ya estaba horneándose.
“La justicia en bandeja de plata”
Ferrufino, con condenas de 4 y 6 años por corrupción y enriquecimiento ilícito, y Tamburrelli, con 8 y 4 años por peculado, apenas llevaban dos meses tras las rejas. Aun así, lograron un trato que haría agua la boca a cualquier otro recluso. En contraste, otros internos trabajaron en la confección de artículos desde los talleres penitenciarios sin permiso para salir.
¿Un bazar lleno de privilegios?
El bazar “Integrarte”, organizado del 6 al 8 de diciembre por el Ministerio de Gobierno, mostró artesanías, juguetes y, claro, las roscas, empaquetadas con el sello de Tamburrelli. En redes sociales, la ministra Montalvo aparece orgullosa con una de estas roscas. ¿Coincidencia? La Prensa intentó obtener su reacción, pero la respuesta fue un silencio tan crujiente como una rosca bien horneada.
¿Horneando justicia o amasando privilegios?
La polémica está servida: ¿por qué Ferrufino y Tamburrelli tuvieron este beneficio mientras otros reclusos no? Aunque el Sistema Penitenciario insiste en que todo era legal, el aroma de privilegios sigue en el aire.