El inicio de febrero ha resultado una verdadera pesadilla en Panamá, dejando 22 personas asesinadas en menos de 15 días, según cifras de este medio. Los hechos violentos se han concentrado en Colón, Panamá Oeste y la capital, impulsados por pandillerismo, asaltos, riñas y balaceras.
La ola criminal inició el 2 de febrero, cuando un hombre de generales desconocidas fue acribillado en Arraiján. Esa misma noche, un joven de 24 años perdió la vida en Nombre de Dios (Colón), hecho que dejó a dos heridos más. Apenas dos días después, la ciudad se conmocionó con la muerte de Yismeira Jhonson, de 51 años, víctima colateral de un tiroteo en un minisúper, y de Elías Medina, de 24 años, asesinado a quemarropa dentro de un bus en Villa del Carmen.
La tragedia alcanzó a menores de edad: en San Miguelito, la joven Estefany Chaverra, de 14 años, fue asesinada por su novio, y el menor Abdiel Carlos López, de 16 años, murió en Nueva Libia. El 6 de febrero, un reo del Centro Penitenciario Nueva Esperanza fue ejecutado en su pabellón y un hombre identificado como Cristopher falleció durante un enfrentamiento policial en Curundú.
Otros homicidios, hallazgos de cuerpos con signos de violencia —incluyendo un caso de decapitación en Santa Librada— y ajustes de cuentas, como el de Isaac Becerra, alias “Tito Bagdad”, asesinado en Don Bosco, han alimentado la sensación de inseguridad. El último suceso registrado es el hallazgo de un hombre ejecutado en Las Lomas, Cativá, cerrando esta terrorífica primera quincena de febrero.