El recién elegido alcalde de la Ciudad de Panamá, Mayer Mizrachi, ha generado revuelo debido a su pasado en Colombia, donde estuvo detenido entre 2015 y 2016, reseñó un reportaje de La República.
Mizrachi, quien fue liberado de la cárcel La Picota en circunstancias controvertidas, ha emergido como líder político al obtener la victoria en las elecciones del pasado 5 de mayo.
La historia del ahora alcalde de la capital panameña se remonta a su detención en el Aeropuerto Internacional Rafael Núñez de Cartagena en 2015, donde fue arrestado bajo una circular roja de Interpol por presuntos delitos contra la administración pública en su país natal, relacionados con el gobierno del expresidente Ricardo Martinelli.

Tras pasar poco más de seis meses tras las rejas, Mizrachi pagó una fianza de US$100.000 y fue liberado el 22 de junio de 2016. Sin embargo, su salida de La Picota estuvo rodeada de controversia, ya que, según informes, las autoridades colombianas no siguieron el procedimiento adecuado para su expulsión del país, lo que llevó a críticas hacia el manejo de su caso.
Además, se reveló que Mizrachi solicitó asilo político en Colombia, solicitud que fue denegada por las autoridades, y posteriormente fue deportado a Panamá en septiembre de 2016.
El regreso de Mizrachi a la escena política ha avivado el debate sobre la integridad y la transparencia en el proceso electoral, especialmente dada su conexión familiar con el cuñado del expresidente Martinelli.
Sin embargo, con más del 32% de los votos y el respaldo de casi 156.000 electores, Mizrachi ha sido elegido como el nuevo líder de la Ciudad de Panamá, enfrentándose a importantes desafíos económicos y políticos en el futuro inmediato.