En la política panameña, el drama nunca descansa. Esta vez, el exalcalde de Colón, Alex Lee, se encuentra en el centro de la tormenta, no solo por un proceso penal sino también por una investigación de la Fiscalía de Cuentas. El Tribunal de Cuentas lo ha llamado a juicio tras una exhaustiva auditoría de la Contraloría General de la República que destapó irregularidades en el manejo de $200,000 asignados a la Junta Comunal de Barrio Sur entre 2009 y 2014.
Los fondos, destinados a programas sociales, se esfumaron en un mar de inconsistencias que ahora tienen a Lee bajo el escrutinio del Ministerio Público y la Fiscalía de Cuentas. La fiscalía ha pedido al Tribunal de Cuentas que investigue a fondo para determinar el destino de este dinero perdido.
Pero eso no es todo. En mayo pasado, un juez de garantías imputó cargos a Lee por peculado, imponiéndole medidas cautelares que le prohíben salir del país y le obligan a reportarse quincenalmente. Esta saga legal añade más leña al fuego del escándalo que envuelve al Partido Revolucionario Democrático (PRD), del cual Lee es miembro.
El actual alcalde de Colón, Diógenes Galván, ha agravado aún más la situación con denuncias sobre la desaparición de 28 vehículos municipales y la existencia de 500 “botellas” en una planilla inflada a 1,400 empleados, muchos de ellos cobrando sueldos sin realizar funciones.
Además, Galván ha revelado que varios exfuncionarios mantenían altos salarios, gastos de representación y dietas injustificadas. Con cada revelación, el caso de Alex Lee se complica, pintando un panorama sombrío para el exalcalde y su partido. La política en Colón está al rojo vivo y esta historia está lejos de terminar.