Harry Díaz llegó a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en junio del 2011 en reemplazo de José Abel Almengor, quien abandonó su cargo solo dos años después de haberlo asumido.
Díaz se caracterizó por su tono directo al señalar las cosas y por abiertas diferencias con algunos colegas, a los que acusó con nombre y apellido de ser instrumentos de personalidades con más poder. De hecho, a pesar de que fue quien lo designó en la Corte, fue el acusador en el caso por las escuchas telefónicas que se le desarrolló en esa instancia al expresidente Ricardo Martinelli.
Hoy habla con El Preguntón sobre lo que experimenta la CSJ y la justicia en general, qué motiva que fallos de trascendencia para el país demoren tanto en salir y hasta de invitaciones políticas que le han hecho.
Seis mujeres y tres hombres será la composición de la CSJ panameña a partir de este lunes 2 de enero. ¿Cree que ello hará una diferencia en esta instancia judicial y por qué?
“Es indudable que las características de pensamiento entre hombres y mujeres son muy distintas. Las mujeres tienen la ventaja de ser multifacéticas y meticulosas. Tienen el potencial de adicionar una perspectiva judicial más enriquecedora”.
Usted, que estuvo dentro, ¿qué cosas nos puede decir que se deben hacer para fortalecer al Órgano Judicial, que no solo es la Corte Suprema, su máxima instancia?
“Implementar la Carrera Judicial, que estuvo secuestrada y suspendida por Ayú Prado y su mayoría en la Corte, entiéndase Fábrega, Cedalise, Russo y De León. La actual presidenta de la CSJ desde su ingreso al cargo ha realizado los esfuerzos para implementarla... Mayores recursos presupuestarios para nombrar jueces, personal de apoyo e instalaciones adecuadas. Se ha logrado este año 330 millones, pero estamos muy por debajo de lo requerido y de lo que otros países de la región asignan al sistema judicial, que comprende al Ministerio Público y Órgano Judicial. También está el examen de barra, capacitación constante y la implementación del Tribunal de Integridad y Transparencia para juzgar las irregularidades de los funcionarios del Órgano Judicial”.
Todos estos años dentro y fuera de la CSJ ha sido muy directo al señalar al magistrado saliente José Ayú Prado -junto con otros colegas- como una amenaza al aparato judicial. ¿Lo sostiene a estas alturas?
“¡Por supuesto que lo sostengo! El nefasto Moncada Luna, único magistrado que ha sido condenado en nuestra historia, operaba solo. Pero Ayú Prado controló la Corte con su mayoría de 5. Hizo lo que le vino en gana. La viajadera en la Corte se disparó precisamente con la llegada de Ayú Prado en el 2013, así como la de ir a estudiar al exterior por semanas. En 10 años se han gastado millones solo para que vayan a pasear. Hacían mayoría y con ello procuraban siempre archivar todo tipo de procesos contra los diputados y, por supuesto, los procesos contra Martinelli. Entre otras cosas”.
Precisamente, Ayú Prado ha sido una figura que ha jugado un rol importante, por la posición que ocupó, en el Sistema Penal Acusatorio. ¿Qué impacto pudiera tener eso a corto o mediano plazo?
“Perdóname, aquí hay que aclarar que lo hizo por propio interés de nombrar cientos de nuevos cargos de la Sala Penal dentro del Órgano Judicial sin filtros, porque no implementó la Carrera Judicial. La Ley 63 de 2008 del SPA ya estaba aprobada cuatro años antes que entrara Ayú Prado a la Corte. Lo fundamental era postergar la aplicación del Sistema Acusatorio en el Primer Distrito Judicial en el 2016, simplemente porque no solo no estábamos preparados, sino que tampoco teníamos los recursos para implementar el SPA -como quedó demostrado en una reunión de alto nivel realizada en febrero de 2016 con participación de la Presidencia de la República, todos los magistrados, Ministerio Público, Medicina Legal, Policía Nacional, Migración, etcétera- lo que advertí en ese tiempo es que la falta de recursos y personal harían obsoleta la supuesta celeridad que daría la oralidad, como efectivamente pasa hoy en día. De hecho, y a pesar de que se lo advertí a Ayú Prado, se tomó 10 millones de la Carrera Judicial que personalmente había logrado con el MEF y se los pasó al SPA. Hay una expresión conocida: ‘Ni chicha ni limonada’, eso fue lo que hizo Ayú Prado con la Carrera Judicial y el SPA. Lo lógico era implementar Carrera Judicial y nombrar los cientos de cargos del SPA acorde a la Carrera, y no de a dedo como lo hizo la mayoría que controlaba Ayú Prado en la Corte. El daño fue terrible y no se sabe”.
A usted Martinelli lo designó en la Corte; sin embargo, fue crítico de él cuando hubo que serlo. ¿Qué dice a quienes señalan que los magistrados se deben al presidente de la República de turno?
“Muchos presidentes creen que porque nombran a los magistrados estos están a su servicio. Nombrar magistrados de la CSJ es un deber constitucional y la obligación de los magistrados es aplicar la ley a todos por igual. Incluyendo al presidente que los designó. Muchas amistades se ríen y me dicen: el único nombramiento bueno que hizo Martinelli fuiste tú y porque se equivocó. Pensó que tú serías un manejable más. Es por ello que los magistrados de la CSJ no deben ser escogidos por el presidente de la República. También controla el presupuesto del Órgano Judicial como si fuera un ministerio más del Ejecutivo. ¿Qué balance de poderes puedes obtener con tal grado de dependencia con el Ejecutivo?”.
Si tuviera que hacer una recomendación bien acogida a un magistrado de la CSJ, ¿cuál sería?
“¿Recomendación a los magistrados? Lo que todo el mundo espera de ellos. Que sean imparciales, firmes y apegados al Derecho”.
¿Por qué un recurso como la inconstitucionalidad en el tema de Minera Petaquilla (hoy Minera Panamá) o el matrimonio entre personas del mismo sexo demoran tantos años en los despachos de los magistrados?
“Matrimonio entre el mismo sexo fue retenido deliberadamente por su ponente Luis Ramón Fábrega. Desde el primer proyecto era claro que NO era inconstitucional el artículo 126 del Código de Familia -sobre matrimonio reconocido entre hombre y mujer- proyecto que tenía 203 páginas, pero Fábrega en esa extensa parte motiva tenía muchas contradicciones con la parte resolutiva. Entre ellas, señalar que era discriminatorio contra las personas del mismo sexo. Si estás señalando que no es inconstitucional, cómo puede ser discriminatorio. Se le hicieron múltiples observaciones para corregir solo la parte motiva. Pero con ese cuento, Fábrega lo extendió sin razón alguna. Él es el responsable directo de la demora. Es claro que no es inconstitucional el artículo 126 del Código de la Familia que reconoce el matrimonio solo entre hombre y mujer. En cuanto a lo de la minera, ese expediente ingresó a la Corte en el 2007 y fui nombrado en el 2011. No tenía conocimiento de ese expediente hasta que recibíamos el proyecto en el despacho. Un contrato que solo favorece a una de las partes en contra de los intereses del Estado tiene que ser declarado inconstitucional como así lo hicimos en el 2017. La pregunta adicional sería por qué demoró cuatro años más en ser publicado en la Gaceta Oficial.
Sobran los casos de infiltración del crimen organizado en muchas estructuras del Estado. ¿Es posible que lo pudiera hacer en la máxima corporación de justicia?
“Evidentemente ya lo han hecho. También hay funcionarios del Órgano Judicial involucrados en temas de bandas criminales”.
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Muchos magistrados, incluyendo su caso, dejan el cargo jóvenes y con una vida laboral por delante. Hay cuentas por pagar en casa y comida que llevar a la mesa. ¿Qué casos tomaría y cuáles no?
“No me retiré del cargo tan joven. De hecho en el 2019 tenía casi 60. Años sabáticos que tomaría después de la Corte fueron incrementados por la pandemia de covid. Ahora recientemente he ingresado mis papeles de jubilación. Pero estoy dedicando a la mejor labor: ¡Ser abuelo! Solo veo temas estrictamente familiares. No puedo defender los intereses de alguien que sea culpable o no tenga la razón, a menos que sea para admitir culpa o mediar. No debe haber magistrados con menos de 45 o 50 años. Hay que modificar los requisitos en la Constitución”.
En medio de las críticas y desconfianzas que hay hacia el sistema de justicia, ¿pueden los panameños confiar en el suyo o esto ya está para apaga y vámonos?
“Mientras haya vida, jamás se debe decir apaga y vámonos. La vida en general es una constante lucha. Rendirse con la administración de justicia es perder la Nación. Ningún país sobrevive sin administración de justicia, que es lo que garantiza la paz social. Hay que seguir bregando por el futuro de nuestros hijos y nietos”.
¿Qué aportes puede hacer un exmagistrado como Harry Díaz para mejorar el sistema de justicia?
“Me he pasado tratando de mejorar leyes en lo judicial, siempre colisionando con el bloque de Ayú y su lado oscuro. Hoy en día en múltiples entrevistas y escritos he señalado los cambios que deben hacerse en la ley penal y en la Constitución. Al punto que el partido PAIS me ha invitado a que corra como diputado para desde dentro ayudar a mejorar las leyes penales y lograr la constituyente prometida y no cumplida por varios gobiernos. La Constitución es precisamente el mecanismo para limitar a nuestros gobernantes y es por ello que realmente no quieren llevarla a cabo. Hay que pensar en positivo, que podemos lograr cambios por la vía democrática. Malos gobiernos y proliferación de la corrupción a escalas nunca antes vistas nos pueden llevar a una explosión social de la cual nadie sabe que saldrá. Hay que seguir intentando mejorar las cosas. Esto no es solo responsabilidad de los servidores públicos, sino de todos”.