La medición de fuerza entre el gobierno nacional y Minera Panamá sigue, pero el tiempo está en contra.
Los empresarios reiteraron su preocupación y ya los trabajadores organizados se ha manifestado en las calles porque temen perder sus empleos ante la negativa de un acuerdo satisfactorio.
Lo que se sabe por el momento es que tanto el gobierno de “Nito” Cortizo como la minera tienen una batalla mediática sobre sus planteamientos, aportes de un acuerdo que todavía no se firma.
Ante esto, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), hizo un llamado urgente a retomar la “buena fe” y reconducir las negociaciones y concluir estas de manera satisfactoria, teniendo presente que los mejores intereses del país deben estar por encima de todo.
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Agrega que las dos partes deben empinarse y mirar el bien común, sabiendo que en toda negociación es preciso ceder de alguna u otra manera, en aras del entendimiento.
Las acciones hasta ahora demostradas parecieran alejar cualquier posibilidad de acuerdo, impactando con ello la visión de nación, recuperación económica y el desarrollo sostenible; puesto que, además afectará el empleo y aumentará la desconfianza de los inversionistas locales e internacionales. En este contexto nadie gana, todos perdemos.
Insisten que resulta fundamental negociar con madurez y “buena fe” para llegar a un acuerdo donde el Estado obtenga los ingresos que le corresponden por la explotación de su recurso mineral y la empresa reciba los réditos consecuentes con los riesgos asumidos.
Reiteran que es hora de erguirse y que los panameños sean los grandes ganadores en este proceso de negociación; por ello, la Cámara pone a disposición las instancias propias para que a través de la conciliación o la mediación se logren encontrar los caminos de entendimiento en este tema fundamental para Panamá.
Los empresarios también se quejaron de la limitada información brindada, tanto por el Gobierno Nacional como por Minera Panamá, en el proceso de negociación que los involucra y que genera grandes repercusiones a nivel nacional. Aun cuando se trata de un asunto complejo, son cada vez más las voces que apelan a las partes para que actúen con madurez y “buena fe”, en vías de un desenlace satisfactorio para el país.
En la actualidad, las negociaciones parecieran haber llegado a un alto, llevando a las partes a ejercer medidas de presión que trascienden de manera negativa, no solo en la imagen del proceso de negociación, sino también en las vidas de cientos de miles de panameños impactados por la situación y que permanecen en ascuas esperando una resolución, destaca el pronunciamiento de la Cámara que presidente Marcela Galindo De Obarrio.