La polémica por el proyecto de ley sobre el registro de los no nacidos que impulsa la diputada oficialista del Molirena, Corina Cano, con el apoyo de la Iglesia católica no para en las redes sociales.
La situación sube de tono, luego que el clero de la Iglesia católica en pleno saliera en defensa del proyecto que promueve la diputada experta en asuntos de familia.
El Arzobispado de Panamá emitió la semana pasada un comunicado en el que indica que:
“El niño no nacido es una persona que tiene el derecho a tener una identidad. No podemos descartarlo como si nunca hubiese sido concebido. Para sus padres existió y así debe quedar consignado al darle un reconocimiento oficial”.
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Ante ese comunicado, las reacciones se acentuaron y le preguntaron a la Iglesia por qué no registra y bautiza a los no nacidos y sí exige que haya un registro oficial, que según la proponente será opcional. Ese punto también lo defendieron los obispos católicos.
Lo cierto es que el proyecto ya cumplió con la formalidad en la Comisión de Familia de la Asamblea Nacional y los diferentes sectores se preparan para participar de las consultas que deben efectuarse.
Varios grupos de mujeres han criticado la medida porque revive el dolor de parejas que han tenido pérdidas de productos y que no es necesario insistir en esa situación con un registro como el que se plantea.
Editorial de Mi Diario de hoy miércoles 18 de septiembre:
Por nuestras mujeres
La Iglesia católica y la diputada del Molirena Corina Cano se han aliado para legislar sobre los no nacidos, darles nombre y registrarlos, y eso ha desatado una ola de críticas por todos lados.
El proyecto es imprudente. No nace del consenso y pareciera que detrás de su iniciativa hay una concepción ideológica conservadora y religiosa.
Ni los diputados ni ninguna iglesia debe tener entre sus prioridades dividir a una sociedad. Hace falta tanta tolerancia y respeto que empujar una legislación sobre el dolor no solo es inhumano, sino que nos separa cuando necesitamos estar más unidos que nunca, pese a nuestras diferencias.
La vida y la libertad están por encima del dolor y en este punto no nos queda otra que respaldar a las mujeres y sus derechos, porque nadie debe legislar para hacer un traje a la medida de sus dogmas, ya que eso nos convertiría en una sociedad sectaria y eso no tiene cabida en el mundo de hoy.
Nuestras familias requieren paz y tranquilidad y como decía la grande Oriana Fallaci en su carta a un niño que no llegó a nacer: “No consiste en hacer que nazca un gran número de individuos, sino lograr que sea lo menos desgraciada posible la existencia de quienes ya han nacido”.
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Añade la escritora italiana (q.e.p.d) en su carta que: “Como si el dilema de existir O no existir se pudiese resolver con una sentencia u otra, con una u otra ley, y no le correspondiera a cada criatura, en cambio resolverlo de por sí y para sí”.