Estamos en tiempos difíciles. El mundo ha sufrido una transformación tremenda. Los recursos humanos no han escapado de esto. Es más, me atrevo a decir que son de los más afectados. Hoy más que nunca, las empresas y sus recursos necesitan un plan B y C. Hagamos algunas consideraciones:
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Empresas/Trabajadores
A pesar de que la ley laboral prevé una serie de anotaciones que amparan a las empresas y a los trabajadores, con la justificación de la preservación del empleo, ninguna de las partes quisiera llegar a este punto de esta forma.
En muchos casos, es paradójico que recién aprobada la ley de teletrabajo, haya tenido que usarse de manera acelerada. Utilizarla con carencias o adaptaciones como, por ejemplo: ¿Tiene la empresa equipos apropiados para proporcionárselos al trabajador en las cantidades que la pandemia exige? ¿Tiene el trabajador los conocimientos para realizar el trabajo desde su casa? No es solo navegar en la web; en muchos aspectos, se necesitan conocimientos de conexión para ingresar a la intranet o a los sistemas de información de las empresas. Cada uno con su complejidad por motivos de seguridad y/o secretos relacionados a su entorno.
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Aquí entran con fuerza los planes de capacitación de las empresas. Pero este no es un trabajo de uno solo. El trabajador, por su cuenta, debe capacitarse, desarrollarse como un progreso personal. Cuando nos vamos de las empresas, nos llevamos nuestro conocimiento, pero también, y muchas veces lo olvidamos, nos llevamos los conocimientos adquiridos en la empresa y que con una facilidad tremenda, los colocamos en nuestra hoja de vida. No es malo hacerlo, lo malo es no aprovechar las oportunidades de la empresa y crear nuestras propias oportunidades que, como dijimos antes, pueden ser un plan B o C.
DOCENTES / ALUMNOS
No solo los ejemplos arriba descritos. La pandemia también afecta, y en demasía, a la educación. No se sabe si el derroche de recursos en tiempos pasados ayudó en algo. Ahora hay que tener competencias en la creación de Objetos Virtuales de Aprendizaje (OVA), conocimientos de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC´s) y el manejo adecuado y ético de ser prosumidores (productores y consumidores de contenido), en este caso el educativo. Todos necesitamos acceso a la tecnología. El acceso a la tecnología, en estos tiempos, debería ser expedito, pero nos encontramos con deficiencias de todo tipo, que en su mayoría afectan a los que no pueden pagar planes Premium de servicios de internet.
Esto aunado a las dificultades que tienen nuestros alumnos que viven en las áreas de difícil acceso, donde la señal o es baja o simplemente no llega. Hoy tenemos un compromiso. Lidiar con esas dificultades y llevar a nuestros muchachos a que aumenten su flujo en el proceso enseñanza-aprendizaje, y eso solo se logra con el conocimiento.
TECNOLOGÍA
Nadie puede negar que hoy más que nunca se necesita de la tecnología. La era de los celulares, las redes sociales, las apps gratuitas, las herramientas web 2.0, las TIC´s, etc. Hemos hecho tantas leyes, algunas innecesarias. Me parece que nos hemos quedado cortos en alentar e incentivar programas en educación que a futuro potencien una generación de agentes proactivos, que vayan más allá de un “fake news” y que sepan discriminar lo que sirve de lo que no sirve en este mundo abundante de información. No es buscar en Internet y creer que porque tiene el título o enunciado de lo que estoy investigando es lo correcto, copio y pego y lo entrego porque eso lo dice Internet.
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En todos los casos, estamos hablando de personas. Así que seamos consecuentes con nuestras acciones. Muchas veces apoyamos grandes causas, que lo valen, pero llegó el momento de prepararnos para lo que viene. Estos momentos difíciles son una prueba de que estamos en un mundo cambiante y el recurso humano no se puede quedar estático, debe reinventarse. Ojalá no haya más pandemias, pero si las hay, que nos encuentre más preparados.
Por: Basilio Fernández
El autor es docente universitario de Recursos Humanos