En un trágico incidente en la selva de Darién, diez migrantes perdieron la vida debido a una cabeza de agua. Este fenómeno, caracterizado por repentinas crecidas de los ríos, ocurrió cerca de la comunidad de Carreto, donde fueron encontrados los cuerpos sin vida.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional y del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) por encauzar la migración irregular a través de un corredor humanitario más seguro, la presencia de redes de tráfico de personas sigue representando un grave riesgo. Estas organizaciones delictivas, apoyadas por colaboradores locales, continúan utilizando rutas no autorizadas, exponiendo a los migrantes a peligros extremos.
El Senafront ha informado al Ministerio Público sobre este lamentable suceso, señalando la posibilidad de que los cuerpos hayan sido sepultados para ocultar vínculos con redes criminales de tráfico de personas. La institución reitera la importancia de utilizar los pasos autorizados, como el que conduce a Cañas Blancas, donde se brindan patrullas especializadas para protección y asistencia humanitaria.
La peligrosa travesía por el Darién sigue cobrando vidas, y tal vez nunca se sabrá la cifra real de migrantes irregulares que han perecido en esta ruta mortal mientras lo arriesgan todo en busca de un sueño americano que en esta ocasión se convirtió en una terrible pesadilla.