En las últimas décadas, el cambio climático ha generado impactos cada vez más profundos en el planeta, y es frecuente observar que los fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, tormentas intensas y olas de calor se han vuelto más extensos y/o más destructivos.
Panamá, al igual que muchas otras regiones, no está exenta de estos efectos, lo que plantea un reto considerable para su infraestructura eléctrica. ENSA, empresa de distribución eléctrica en el noroeste de Panamá, ha adoptado un enfoque proactivo y estratégico para garantizar la resiliencia de la red eléctrica en medio de estos nuevos desafíos.
Desafíos en Panamá
El sistema eléctrico de Panamá enfrenta una serie de desafíos derivados de los cambios climáticos. Por un lado, las lluvias torrenciales y los vientos fuertes, típicos de las tormentas tropicales a las que estamos expuestos con frecuencia, generan caídas de ramas y árboles, deslizamientos de tierra e inclusive imposibilita, mientras llueva, hacer las reparaciones cuando hay daños, afectando a miles de hogares y empresas.
Por otro lado, el aumento de la temperatura que hemos vivido los dos últimos años ha incrementado el consumo de energía producto del uso intensivo del aire acondicionado. Similarmente la incursión de nuevas tecnologías como paneles solares y vehículos eléctricos aumentan la demanda y cambian los patrones de consumo de los usuarios. Sin una infraestructura adecuada, este aumento en la demanda puede generar sobrecargas en la red y comprometer la estabilidad del suministro eléctrico.
Compromiso de ENSA
ENSA consciente de la magnitud de estos desafíos, ha implementado desde hace años diversas estrategias para aumentar la capacidad y fortalecer la resiliencia de la red eléctrica, para brindar a todos sus clientes un servicio eficiente y seguro. Estas acciones están diseñadas no solo para mitigar los efectos del cambio climático, sino también para anticiparse a ellos. Asimismo, es compromiso de ENSA mantener dentro de su plan estratégico de desarrollo de infraestructura lo siguiente:
Mantenimiento y modernización de infraestructura: Planear y ejecutar las inversiones de manera continua y oportuna, tanto para renovar como modernizar la infraestructura eléctrica. ENSA ha invertido en los últimos 3 años, más de $22.5 millones en la renovación y modernización de líneas de distribución, con la instalación de equipos más resistentes a condiciones climáticas extremas.
Uso de tecnologías avanzadas: Explotar las capacidades existentes con tecnologías de monitoreo y control en tiempo real, incorporar nuevas, para detectar fallas o anomalías con antelación, y optimizar la velocidad de respuesta ante eventualidades.
Preparación ante emergencias: Mantener y continuamente optimizar un plan de contingencia bien estructurado que permita afrontar situaciones de emergencia causadas por fenómenos climáticos extremos en el menor tiempo posible. Este plan incluye protocolos detallados para restaurar el servicio de manera ágil y efectiva, así como estrategias de coordinación con autoridades locales y otras entidades y se debe adecuar continuamente en la medida que se incorpore más tecnología y/o cambie la configuración del sistema de distribución.
Promoción del uso responsable de la energía: Promover la eficiencia energética y el ahorro de electricidad a través de campañas educativas, contribuyendo así a la sostenibilidad del sistema eléctrico y al bienestar de los consumidores.
El compromiso de ENSA con la resiliencia de la red eléctrica va más allá de las inversiones en infraestructura, ya que la empresa trabaja no solo para construir un sistema eléctrico sostenible, adaptable y resistente al cambio climático, sino también contar con un equipo capacitado y dispuesto a afrontar los retos que este presenta.
ENSA seguirá liderando estos esfuerzos para garantizar un futuro energético seguro y sostenible en Panamá.