En la emisión matutina de Telemetro Reporta, varios usuarios denunciaron las largas filas y la desorganización para comprar arroz a un precio reducido, a pesar de las advertencias del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) de que no era necesario madrugar.
Desde temprano, personas con cédulas en mano esperaban en Plaza Las Américas para conseguir el ansiado paquete de 20 libras de arroz a 5 dólares. Sin embargo, la frustración era palpable entre quienes temían no alcanzar el producto.
Uno de los testimonios más contundentes fue el de un señor mayor que, con tono crítico, arremetió contra la situación: “¿Por qué los viejos tienen que llegar a las tres de la mañana y los funcionarios no están listos a las siete para vender el arroz rápido?”, cuestionó, visiblemente molesto. Según él, muchos adultos mayores pasan hambre esperando horas para comprar el arroz, algo que fácilmente podría evitarse si se ajustaran los horarios de venta. “¿Por qué no abrimos a las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde? Así los viejos vienen desayunados y no tienen que madrugar para hacer fila con hambre”, añadió, sugiriendo una mejora en la organización.
Consumidores que acuden a la agrotienda del @IMA_Pma en Plaza Las Américas, Calidonia, solicitan una mejor logística para evitar las largas filas y no madrugar para comprar arroz y otros productos a bajos precios. #TReporta pic.twitter.com/fFFc9jr4HQ
— Telemetro Reporta (@TReporta) September 10, 2024
El hombre también denunció lo que calificó como “juegavivo” en las filas, explicando cómo algunas personas llegan desde la noche anterior y apartan puestos para otras, lo que genera aún más caos. “Aquí llegan a las dos de la mañana, pero a las once de la noche ya hay gente cogiendo puestos. Después aparece uno y ya le guardaron el puesto a 15 más. Eso es el juegavivo del buen panameño”, afirmó con sarcasmo, criticando la falta de control en la organización.
A pesar de la presencia de la Policía Municipal y del personal del IMA, muchos consumidores expresaron su descontento con la situación. Una señora mayor también pidió que estas ferias de arroz a bajo costo se hicieran con mayor frecuencia y en diferentes sectores, para evitar que la gente tenga que madrugar y hacer largas filas. “Nadie viene aquí a las dos o tres de la mañana por gusto, uno lo hace porque lo necesita”, señaló.
Mientras tanto, la cantidad de arroz disponible parecía insuficiente para la gran multitud que aguardaba, lo que aumentaba la tensión entre los presentes. Los testimonios reflejan no solo la necesidad de un producto básico a precios accesibles, sino también el descontento generalizado por la forma en que se están manejando estas ventas.
¡La venta de arroz se ha convertido en una verdadera guerra! Adultos mayores madrugando con el estómago vacío, el “juegavivo” tomando ventaja, y un sistema que parece no escuchar las necesidades del pueblo. ¿Hasta cuándo tendrán que soportar estas largas filas? Como bien dijo el señor, “¡aquí hay una carga de viejos con hambre por gusto!”