La búsqueda implacable por mantenerse en el poder ha contagiado a una considerable mayoría de los representantes de corregimiento en las provincias de Panamá y Panamá Oeste. Según datos revelados por el Tribunal Electoral (TE), de los 115 ediles existentes en estas áreas, nada menos que 100 han decidido postularse nuevamente en las elecciones del 5 de mayo.
Esta carrera frenética por la reelección no es exclusiva de diputados y alcaldes; los representantes de corregimiento también están inmersos en esta fiebre insaciable por el poder. En un escenario donde el 87% de los ediles de Panamá y Panamá Oeste buscan mantener su posición, se plantean cuestionamientos sobre la verdadera motivación detrás del servicio público y sus impactos en las comunidades locales.
En la provincia de Panamá, la más densamente poblada del país, los números son claros: de los 56 corregimientos existentes, 48 ediles aspiran a la reelección. En el distrito capitalino de Panamá, que cuenta con 26 juntas comunales, la situación es similar, con 23 representantes buscando continuar en sus cargos. Sin embargo, cabe destacar excepciones como Nelson Vergara, Ramón Ashby y Guillermo Willie Bermúdez, quienes, por diversos motivos, no buscarán la reelección.
Es evidente que ser representante de corregimiento se ha convertido en uno de los cargos más codiciados por los políticos, especialmente en un contexto donde las juntas comunales han adquirido un papel destacado en la distribución de fondos. La llamada “descentralización paralela” ha permitido que ciertas juntas comunales reciban montos significativos al margen de los esquemas establecidos por ley.
En el Consejo Municipal de Panamá, por ejemplo, figuran ediles con largos periodos en sus funciones, como Sergio Gálvez de El Chorrillo y Elías Vigil de San Martín, con 35 años el puesto. Asimismo, hay quienes, a pesar de enfrentar problemas legales, aún aspiran a continuar en sus cargos, como Mario Kennedy y Yoira Perea, ambos condenados por peculado.
El fenómeno se replica en otras áreas de la provincia, como San Miguelito y Taboga, donde la mayoría de los ediles buscarán la reelección. La situación es similar en Panamá Oeste, con 52 de 59 representantes de corregimiento aspirando a mantenerse en sus puestos.
En un escenario donde el deseo de poder parece superar cualquier otra consideración, queda en tela de juicio la verdadera vocación de servicio de quienes ostentan cargos públicos y las implicaciones que esto tiene para el bienestar de las comunidades a las que representan.