Estados Unidos, Colombia y Panamá “coordinan esfuerzos” para atender la crisis migratoria en la peligrosa selva del Darién, que están cruzando centenares de miles de personas en su viaje irregular hacia Norteamérica, informaron este martes los Gobiernos panameño y estadounidense.
Para ello, la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, los ministros panameños de Exteriores y Seguridad Pública, Janaina Tewaney y Juan Pino; y de Exteriores y Defensa de Colombia, Álvaro Leyva e Iván Velásquez, respectivamente, se reunieron este martes en la localidad de Apartadó (Colombia) y recorrieron la base binacional de Alto Limón.
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El Tapón del Darién, de 266 kilómetros, es la frontera natural entre Panamá y Colombia. Según las cifras oficiales panameñas, en 2022 atravesaron la selva en su viaje hacia Estados Unidos 248.284 viajeros irregulares, una cifra sin parangón y que evidencia la crisis migratoria y humanitaria que vive la región, pues estos flujos atraviesan varios países de Sur y Centroamérica.
El Tapón del Darién, de 266 kilómetros, es la frontera natural entre Panamá y Colombia. Según las cifras oficiales panameñas, en 2022 atravesaron la selva en su viaje hacia Estados Unidos 248.284 viajeros irregulares, una cifra sin parangón y que evidencia la crisis migratoria y humanitaria que vive la región, pues estos flujos atraviesan varios países de Sur y Centroamérica.
Y en lo que va de 2023, 31.000 migrantes atravesaron la espesa selva, casi la misma cantidad que en los primeros 5 meses de 2022 (33.819), de acuerdo con la información panameña.
“Como resultado” del encuentro de este martes “se identificó una hoja de ruta, guiada por los principios de la protección de los derechos humanos y el medio ambiente, y buscando garantizar la seguridad humana de los migrantes que atraviesan el Parque Nacional del Darién”, dijo una Declaración Conjunta difundida por el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá.
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El objetivo de esta reunión es “coordinar esfuerzos para salvaguardar la vida de los migrantes que cruzan el Darién” y “desmantelar las organizaciones criminales que controlan redes de tráfico de personas”, dijo asimismo un comunicado de la Embajada de Estados Unidos en Panamá.
Además de “combatir la desinformación acerca de los supuestos beneficios de emprender el peligroso viaje, y mitigar el impacto que la migración tiene en el medio ambiente y las comunidades receptoras”, agregó.
Entre las acciones y compromisos “concretos” alcanzados están “iniciar diálogos entre autoridades migratorias (...) de Panamá y Colombia; dialogar con los países de origen de los migrantes y fortalecer los intercambios de información judicial; y fortalecer las labores de inteligencia con el apoyo de la cooperación de los Estados Unidos”, entre otros, indicó la Declaración Conjunta.
“Espero que podamos seguir coordinando acciones con los Gobiernos de Panamá y Colombia para proteger la vida de aquellos que emprenden este peligroso viaje y que podamos garantizar una migración segura, ordenada y humana”, afirmó la embajadora Aponte, tras destacar que la “es uno de los grandes retos de la región y como tal, requiere soluciones coordinadas entre nuestros países”.
La Embajada estadounidense indicó que en 2022, el Gobierno de Joe Biden “invirtió unos 18 millones de dólares para financiar proyectos de asistencia humanitaria de organismos internacionales y no gubernamentales para la atención de migrantes en la frontera del Darién”.
Panamá recibe a los migrantes en estaciones de recepción migratoria (ERM) situadas en sus fronteras sur (Colombia) y norte (Costa Rica), donde toma sus datos biométricos y les ofrece atención sanitaria y de alimentación, una operación única en la región en la que ha invertido al menos 50 millones de dólares desde el 2020, según las cifras oficiales.