Lo que propone el Sindicato Único de la Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) –de que no eliminen los subsidios, como el vale digital, el del combustible ni al tanque de gas de 25 libras– es un completo disparate.
En primer lugar, estos subsidios nacieron en momentos en que se necesitaban y por un período definido. No eran para siempre. Pareciera que Suntracs considera que los subsidios son gratis, que no los paga nadie. Pero eso no es lo que pasa.
Los subsidios los pagamos todos los que debemos tributar al Estado. ¿De dónde cree esta organización que salen los fondos? No es el Gobierno el que los paga, porque sin nuestros impuestos no habría, siquiera, un gobierno.
Pero Suntracas tampoco considera el hecho de que los impuestos no son suficientes para pagar esos subsidios. Para hacerlo, muchas veces el Gobierno debe contraer deudas, que vienen acompañadas de intereses.
Entonces, si la deuda por estos subsidios llega al punto de no poder pagarse con los ingresos actuales y con deuda, ¿de dónde cree Suntracs que saldrá el dinero? Lo más seguro es que haya necesidad de subir los tributos, o sea que todos tendremos que pagar más dinero para alimentar los fondos del subsidio, incluso, tendrán que pagar más los que se benefician de estos.
De cualquier manera, de los bolsillos de los ciudadanos sale el dinero de los subsidios. Eso es indiscutible. En lo que Suntracs sí tiene razón es en que mientras los subsidios desaparecen, los funcionarios deberían hacer, al mismo tiempo, un sacrificio en sus privilegios.
No se puede pedir a los ciudadanos ajustarse el cinturón, cuando ministros, diputados, alcaldes, representantes, etc. mantienen las prebendas de siempre: viajes, viáticos, coimas, choferes, exoneración de impuestos, planillas abiertas para crear botellas, descentralización paralela y cuanto metódo creado para el saqueo de los fondos públicos.
Así que si exigen sacrificios al pueblo, estos funcionarios deberían empezar poniendo el ejemplo. ¿O es que olvidan de donde provienen?