Ver a un ser humano indefenso sufrir, como es el caso de un niño, por ejemplo, es de las situaciones que más impotencia generan. Es por ello que quienes dedican sus vidas a proteger y luchar por este segmento de la población no pueden ser vistos de otra forma que como héroes.
Ese precisamente es el caso de sor Lourdes Reiss, una religiosa que en el desempeño de su vida demostró lo que es un verdadero seguidor de la doctrina cristiana.
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La querida directora del Hogar San José de Malambo se dedicó en cuerpo y alma al cuidado y protección de niños desamparados, en estado de vulneración y hasta de los rechazados por la sociedad.
Para este delicado y desgastante trabajo no siempre contó con la ayuda que precisaba. Y, de hecho, la recordaremos extendiendo la mano, pedido que al final y después de sus sobresaltos era atendido por buenos samaritanos que confiaban en su probidad y el resultado de su sacrificada labor.
Sor Lourdes cumplió con los preceptos de su fe y sin duda que en su nuevo caminar le espera una recompensa.