Históricamente los operadores judiciales en el país han tenido que hacer su trabajo con presupuestos limitados. Es la realidad del Órgano Judicial, del Ministerio Público y de Medicina Legal.
Si a ello le agregamos la injerencia política, que se ha traducido en que no siempre los mejores estén en posiciones sensibles, la situación se torna peor. Son cosas como las antes descritas las que vienen a la mente cuando uno se pregunta, ¿qué ha pasado con las investigaciones de las niñas Aderlyn Llerena y Lina Rojas, una desaparecida y la otra asesinada salvajemente.
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Pero ojo, porque estos hechos que hoy se encuentran en boca de todos son solo la punta del iceberg de una serie de delitos que involucran la muerte o desaparición de una niña panameña que no han sido resueltas por las instancias respectivas.
Ello es grave y se viene normalizando. Nuestro sistema de investigación debe tener la capacidad para darle respuesta inmediata a las familias afectadas y evitar la zozobra en que vive el resto de la población cada vez que ocurre un hecho de esta naturaleza.