La población, que lleva dos años luchando contra la pandemia de la covid-19, ahora contra el desempleo y el alto precio del combustible, comienza a hartarse de las promesas incumplidas y de las mesas de diálogo, que solo postergan las soluciones urgentes.
Un ejemplo de esto fue el grosero abucheo contra la ministra de Educación, a quien el puesto le ha quedado grande, porque las escuelas se caen a pedazos, pero la estrella de la educación es una rectora cuya reelección en la Unachi es patrocinada por el Gobierno, para que siga como botín del PRD mientras la jefa del Meduca le pide paciencia a los padres de familia y estudiantes. ¡Descaro mayúsculo!
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Y, por el otro lado, está la provincia de Colón, a la que los políticos usan para hacer promesas políticas y ahora algunos grupos organizados le piden que cumpla porque los problemas sociales se han multiplicado y están cansados del bla, bla, bla.
Sin duda el Gobierno parece ir a la deriva en medio de una población que sufre, pero a ellos solo les importa quién controla el CEN y la candidatura presidencial para el 2024. ¿Para eso llegaron al poder?