El inicio, a partir de hoy, de un diálogo entre el Gobierno Nacional y Minera Panamá sobre la presencia y actividad de la transnacional en el país abre una ventana enorme de discusión sobre un tema que afortunadamente ha cobrado relieve en el país, y no es otro que la explotación de nuestros recursos naturales.
Panamá ha sido una nación donde históricamente sus riquezas, de todo tipo, han sido usufructuadas, ya sea por naciones o empresas extranjeras y por élites locales, pero nunca para beneficio de la población.
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Esa realidad tiene que cambiar y para ello los ciudadanos deben formar parte de esos espacios de discusión. Es difícil predecir si eso será lo que ocurra en la mesa que se abre hoy, tomando en cuenta que quienes nos representan son funcionarios cuya capacidad para negociar en beneficio del país ya ha sido puesta en duda.
Es por ello que el proceso que se inicia debe ser abierto, transparente y, mejor aún, con disponibilidad para aceptar recomendaciones de los distintos sectores del país, que de seguro tendrán mucho que aportar.