Es difícil no incomodarse con el llamado a huelga de un grupo de docentes ante los múltiples incumplimientos por parte de las autoridades del Ministerio de Educación (Meduca). Y no es cuestionar el derecho que les asiste, sino ponerse del lado de los estudiantes del sector público que no pueden darse el lujo de perder un día más de clases.
Pero, ¿cómo justificar que -igual que cada año- el Meduca no haya cumplido con el pago de los docentes que ingresan al sistema cuando ya han pasado más de tres meses? O, peor aún, que haya estudiantes sin dar clases de determinada asignatura porque su profesor no ha sido nombrado todavía.
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Ni hablemos de la situación ruinosa de muchos planteles, o de los que estando en rehabilitación las obras no han concluido porque el Estado no paga.
Para eso no hay plata, pero sí la hay para que la Autoridad de Descentralización destine, obviando procedimientos y favoreciendo a políticos del partido en el gobierno, cientos de millones de dólares que aseguren que se mantengan en los cargos que ocupan. No tienen defensa alguna.