La opacidad y el secretismo parecieran ser la norma del actuar de nuestras autoridades en todos los niveles. No les importa que sus decisiones impacten directamente al ciudadano, al que ignoran cuando planean sus jugadas y solo esperan que este las consienta.
Eso es exactamente lo que ha ocurrido con el contrato municipal de concesión para la instalación de parquímetros virtuales en el distrito de La Chorrera, una iniciativa con un gran impacto en esta región.
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Y es que a pesar de que esta iniciativa fue aprobada a mediados del año 2020 (casi al inicio de la pandemia) es hasta ahora, a días de su implementación, que comerciantes, residentes y visitantes del distrito empiezan a conocer su contenido.
La Chorrera, como muchas regiones del país, adolece de una planificación y sin dudas hay que poner orden en su desarrollo urbanístico. Pero este proceso debe darse de la mano de su comunidad y es importante que cada paso en ese sentido sea ampliamente discutido y consensuado. Así crece cualquier comunidad.