Llegar a 70 años y tener que celebrar tu cumpleaños escoltada con agentes de seguridad y con protestas de tus colegas educadores no debe ser nada alegre, pero la gente que se cree impune ya sabemos que desprecia al pueblo.
La francachela de la rectora de la Unachi, el sábado en los terrenos de la Feria de David, fue una bofetada al pueblo panameño.
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Es un retrato a cuerpo entero de una señora que se cree faraona y que mientras el pueblo, entre ellos sus colegas docentes no tienen para comer, pagar medicinas ni comprar combustible, ella exhibe su poderío político con artistas, comida y dulces porque puede reelegirse cuando quiera y tiene millones de dólares para nombrar a sus amigos en la Unachi gracias al padrinazgo de “Huevito” Pineda, Crispiano Adames y el Gato Benicio Robinson, del PRD.
Lo de la rectora fue más que un cumpleaños, parecía el lanzamiento de una candidatura política, y no se extrañen que esta sea la estrella del partido oficialista para las elecciones del 2024 en Chiriquí.
Ella encarna la politiquería y la impunidad de un gobierno que tolera y patrocina las parrandas de sus funcionarios en medio del desempleo y el hambre del pueblo.