La provincia de Panamá Oeste es la segunda más poblada de todo el país y los reclamos de agua potable no son nuevos.
Generalmente eran los habitantes de los asentamientos informales los que reclamaban el servicio y trancaban las calles, pero resulta que ahora los que trancan la autopista son las familias que compraron casas de hasta más de 100 mil dólares, pero que no cuentan con el servicio básico de agua potable las 24 horas del día.
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Los responsables número uno de esto son las autoridades locales y nacionales, porque han permitido una gran cantidad de barriadas sin contar con las infraestructuras para darle a esas personas agua potable, energía eléctrica sin apagones, recolección de la basura, calles sin huecos y seguridad.
Esos son los problemas que la población quiere que se atiendan, son sus grandes necesidades, pero los gobiernos locales no les dan respuestas porque prefieren aumentarse las dietas, los salarios o darles subsidios a su círculo cercano y por ello, las acciones de protestas suben de tono y demuestran que este país es una bomba de tiempo.