Además de los lamentables y tristes acontecimientos con la Iglesia católica nicaragüense, uno de los hechos que más eco noticioso ha generado a nivel de la región latinoamericana es el pedido de la fiscalía general argentina para que la vicepresidenta de ese país, Cristina Fernández, sea condenada a 12 años de cárcel por el delito de peculado.
La solicitud también busca que la exmandataria sea inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos.
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Las pruebas de los fiscales parecen contundentes y confirman una realidad: que cuando se trata de enriquecerse a costa de los recursos del erario no importa si la ideología es de izquiera o derecha.
Esa triste realidad debe hacerle eco a quienes aquí en Panamá han pretendido que la corrupción es exclusiva de un modelo económico al que satanizan.
La lucha no puede ser en este sentido, sino contra las prácticas de quienes sean que busquen acumular riquezas sin importar si se embolsillan dineros públicos o limitan el bienestar de su prójimo.