El Gobierno se encuentra en una nueva corredera para apagar otro fuego generado por los transportistas de carga agrícola, específicamente los de la provincia de Chiriquí, que reclaman acciones concretas para desarrollar sus actividades en medio de la crisis ocasionada por los elevados precios internacionales de los combustibles.
El conflicto estaba cantado y es de esperar que sea uno de los múltiples que surjan en el país por la grave inflación que está viviendo el planeta y, por ende, Panamá.
Para los manifestantes, las respuestas del Gobierno no han llenado las expectativas y tienen su razón en plantearlo.
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La administración Cortizo es rehén del manejo conveniente de las finanzas estatales, porque mientras a muchos panameños se les pide solidaridad y austeridad, vemos a nuestras autoridades despilfarrando y destinando recursos de todo tipo para favorecerse políticamente.
Dicho en otras palabras, nos están viendo la cara, y al parecer es algo que muchos ciudadanos no están dispuestos a permitir con la parsimonia habitual del panameño.
