El personal médico y de salud ha hecho la diferencia en esta pandemia en Panamá.
Si fuera por los políticos y algunas autoridades, el sufrimiento sería doble.
Los doctores han estado en la primera línea de la batalla y aunque algunos no han resistido, la mayoría sale de sus casas todos los días a cuidar a sus pacientes para ganarle entre todos al coronavirus.
Luego de esta tormenta, el mejor reconocimiento que les podemos dar a los médicos es despolitizar la salud, tener un sistema único, que no les falten equipos y personal y que la sociedad valore su entrega y conocimiento científico, porque son más determinantes que un “influencer” emplanillado en el Gobierno.
Hoy más que nunca, necesitamos médicos con humanidad, como decía el romano Scribonius, dedicados al alivio del sufrimiento.
La salud debe ser igual para todos y no podemos darnos el lujo de vivir en un país en donde el acceso a la salud sea un diferenciador social, sino un derecho mínimo de calidad, no importa si se vive en las comarcas o en la capital.